jueves, 30 de abril de 2009

94° aniversario del Genocidio Armenio.

Oratoria del Diputado Rubén Martínez Huelmo en el Acto Conmemorativo del 94° Aniversario del Genocidio Armenio, realizado el pasado viernes 24 de abril en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.


Apreciados amigos

La memoria del genocidio armenio de 1915 siempre será una circunstancia de recogimiento profundo de nuestras almas.

Es que a diferencia de otro caso paradigmático como es el Holocausto judío, que tiene el apoyo y reconocimiento casi unánime en el universo, al punto tal que las Naciones Un idas ha decretado con justicia, que todos los 27 de enero sea el día internacional de Conmemoración de la SHOA, el Genocidio padecido por los armenios aún está en la lucha y su reconocimiento formal se debate aún entre los intereses geopolíticos de algunas chancillerías poderosas.

Y realmente ello lejos de sublevarnos, nos da enorme pena por la actitud y por la sencilla razón que sabemos que el genocidio armenio no se podrá ni minimizar ni ocultar y que tarde o temprano como viene aconteciendo, la verdad se impondrá definitivamente.

Para ello la numerosa y fiel comunidad Armenia mundial y sus amigos que son muchos también, paso a paso, generación tras generación siguen abriendo el cauce de la verdad histórica.

Uruguay siempre ha sentido como propio el drama del genocidio armenio, el proyecto que dio lugar a la ley que declaró para Uruguay el 24 de abril “Día de recordación de los mártires armenios” fue presentado por recordados legisladores como Martínez Moreno, Hugo Batalla, Aquiles Lanza, Zelmar Michelini, Massa y Roselli , luego en Cámara por él se expresaron a favor Enrique Beltrán, Rodney Arismendi y luego el Poder Ejecutivo con Washington Beltrán como presidente del Consejo Nacional de Gobierno promulgo la ley nro. 13.326 de los Mártires Armenios.

Entre los Ministros que acompañaron con su firma se encontraban Rodríguez Camusso, Wilson Ferreira Aldunate, Juan Pivel Devoto, entre otros.

Quiere decir entonces que todas las colectividades políticas de nuestro país siempre han estado cerca del asunto que nos reúne, fundándose ello en profundas convicciones morales y políticas.

Con ese mandato detrás de nosotros los Parlamentarios uruguayos que actuamos en el Parlamento del Mercosur promovimos la Condena al Genocidio Armenio y allí nuevamente Uruguay no tuvo dos opiniones.

Iturralde, Michelini, Roberto Conde, Juan José Dominguez, Doreen Ibarra, en fin toda la delegación. Nos ayudaron los colegas del bloque, y particularmente la buena voluntad del Dr. Rosinha presidente del Parlasur en aquella instancia.

Sin duda que este tema reviste importancia capital en la historia del siglo XX, es insoslayable en la construcción y la lucha por los derechos humanos.

Basta con exhumar algunos datos del pasado para dimensionar en sus justos términos la situación que se dio en Armenia en 1915 bajo dominio del Imperio Otomano, pues como siempre la mejor linterna para otear el porvenir son las enseñanzas de la historia.

El caso del genocidio armenio perpetrado por el Estado Otomano dirigido por el partido de los llamados “jóvenes turcos” no fue un hecho ni circunstancial ni fortuito.

Los historiadores han encontrado en los planteos de pureza racial, en los proyectos de expansión política y territorial acicateados por la organización y formación prusiana del ejército turco el diseño de una clara fisonomía del drama que se avecinaba.

Luego la metodología del exterminio hacen que cualquier persona medianamente informado rechace la definición errónea que algunos han dado al drama de 1915, lo decimos frontalmente no se trato de una masacre aquello fue un genocidio y en la diferencia que establece el derecho internacional moderno esta la gravedad de los hechos.

Años más tarde, el 22 de de agosto de 1939, 9 días antes de comenzar la segunda guerra mundial, Adolfo Hitler arenga a los generales de su estado mayo previo a la invasión a Polonia…, “he dado ordenes a mis unidades, que exterminen sin piedad a hombres y mujeres y niños de la raza polaca. Solo así podremos obtener el espacio vital que precisamos. ¿Después de todo, quien se acuerda hoy del exterminio de los armenios?”

También el nazismo preparó el Holocausto judío con un núcleo de conductas previas que excluían radicalmente a los judíos de la vida cotidiana alemana a partir de la irracionalidad de la pureza racial. Y también como en el ayer de 1915 para arribar al Holocausto, se ejecuta una planificada metodología de exterminio.

Luego del Holocausto la comunidad internacional decidió no ignorar y castigar, a diferencia de lo que había sucedido en la posguerra de la primera guerra mundial.

En 1923 se lauda el Tratado de Lausana el que establece en su calidad de tratado de paz, las fronteras del nuevo estado turco que subrogo al derrotado imperio otomano aliado del imperio alemán en la primera guerra mundial.

Pues bien ese Tratado estableció las fronteras entre Turquía, Grecia y los aliados.

Nos queda el comentario que le mereció a Winston Churchil su letra: La historia busca en vano el nombre de Armenía en él”.

Si bien las chancillerías ignoraron el asunto armenio, conocemos que la indignación que suscito en la época el genocidio armenio y el hecho que no hubiese por parte de la comunidad internacional más que “ indiferencia e inoperancia”, provoco la conformación de un movimiento de juristas que fueron dando forma a la idea de que era necesario revisar el derecho internacional de la época de modo de crear una jurisdicción penal internacional, ello en razón que los crímenes de guerra que surgen de las dos guerras rebasaban absolutamente los límites prescriptos en las convenciones de La Haya de comienzos del siglo XX.

A la cabeza de ese movimiento que tenía pleno conocimiento del genocidio armenio y que avizoraron previo a la segunda guerra mundial, el torrente criminal que se avecinaba, estuvo el Dr. Rafael Lemkin, quien en un esfuerzo de muchos años logro sensibilizar a la opinión pública mundial y a importantes potencias, para finalmente arribar a la aprobación de la CONVENCION PARA LA PREVENCIÓN Y SANCIÓN DEL GENOCIDIO EN EL AÑO 1948.

Este documento fundamental en el derecho internacional, define el genocidio como “el acto cometido con el propósito de destruir, en parte o en su totalidad, a una nación, etnia, raza o grupo religioso” y la novedad es que esos crímenes tendrán represión internacional.

Si un consuelo queda para la nación Armenia es que la cruz en que fue sacrificada ha sido una señal redentora para la humanidad.

La lucha por el reconocimiento del genocidio armenio, que es un asunto internacional relevante, nos une frente a quienes lo niegan o minimizan, es por ello que en nuestro parlamento en la cámara de diputados en el año 2005 se aprobó una minuta de comunicación en el sentido de interesar a nuestra Cancilleria a que promueva en el seno de las Naciones Unidas, se declare el 24 de abril de cada año como “Día mundial de denuncia y repudio a todo genocidio”.

Quizás en la próxima legislatura habría que acentuar la línea de trabajo que encomienda esa resolución de nuestra Cámara de Diputados y que fue presentada por una gran amiga y compañera, por una luchadora de la causa Armenia como lo es Lilian Kechichian.

Nosotros en la noche de hoy investimos la representación de la bancada de diputados del Frente Amplio y la de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, lo que nos honra.

En el plano personal guardo cariño por la comunidad Armenia donde tuve y tengo a queridos amigos que son tan uruguayos como el que más y que como todos los habitantes de Uruguay, saben que están amparados en el espíritu justiciero de José Artigas el padre de todos los orientales uruguayos de todas partes, ustedes, nosotros, todos.

¡Gloria a los mártires armenios!



Fotos de: Juan Parra (Departamento de Fotografía del Parlamento del Uruguay).

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