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jueves, 4 de abril de 2013

Calidad del agua - Asunto que nos ocupa a todos.

El tema de calidad del agua potable que se abastece a los distintos centros poblados del país es un tema que nos ocupa a todos. Por eso proponemos que este tema se debata a nivel parlamentario, convocando a todos los interesados e implicados en este tema para conocer el estado de las aguas que los uruguayos consumimos diariamente.




Transcribimos las palabras del Dip. Martínez Huelmo, 
expresadas en la media hora previa (1) de la sesión del día 3 de abril del 2013


En las últimas semanas han sido notorias las diferentes percepciones y opiniones, en tono de polémica ellas, sobre la calidad de las aguas que abastecen a los centros poblados del país, fundamentalmente centradas en la cuenca del río Santa Lucía.

Esas posiciones, que se visualizan en los medios de comunicación  unas tratando de advertir sobre una eventual situación de riesgo por el agua potable que consumimos y otras, tratando de convencernos de que no debemos preocuparnos , no dan explicaciones de fondo. Por lo tanto, no dan satisfacción por la sencilla razón de que aparecen fragmentadas y en breves párrafos en los medios de comunicación.

Tal como se ha advertido, sabemos que este es un tema científico desde todo punto de vista dado que, tanto probar una eventual degradación de la calidad del agua como los factores multicausales que la pudieran provocar, necesariamente es algo que corresponde a técnicos y científicos.

Sin embargo, también es un tema político y estratégico mayúsculo, por lo que creo que ha llegado el momento de que el Parlamento se proponga como ámbito para deliberar sobre este asunto con fines legislativos y escucharnos todos: OSE, la Dirección Nacional de Agua del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, la producción, las Intendencias, organizaciones de la sociedad y otros actores importantes en la materia. Es necesario aproximarnos a la verdad en este crucial asunto. También es necesario racionalizar la polémica que se da en los medios y hacerla absolutamente conducente, aquí en el Parlamento, escuchando a todos, sistematizando la información técnica, para luego tomar la orientación política que se deba, que corresponda, en atención al ordenamiento jurídico en la materia, a fin de conocer si se están cumpliendo las normas, o bien legislar, si fuera necesario.

Creo firmemente que nuestra Cámara no puede abstraerse de este asunto cuya vastedad supera mi mera preocupación y que, como legislador y Representante Nacional, estoy en la obligación de expresar. Puede ser una tarea ardua, pero siento que este es un tema que a todos nos concierne y que debe ser objeto de deliberación entre todos.

Por lo tanto, considero necesario que la versión taquigráfica de mis palabras se curse a las Comisiones especializadas en medio ambiente de ambas Cámaras con el fin de que se comience a  analizar el tema cuanto antes.



 (1) ¿ Que es la "media hora previa" en las sesiones parlamentarias?
La media hora previa es el intervalo de tiempo donde los  Representantes realizan exposiciones ante la Cámara, ajenas a los asuntos del orden del día. Luego de terminada la exposición se realiza una votación que tendrá el efecto de darle el trámite que el orador solicite, si ello procede a juicio de la mayoría de los presentes.

martes, 20 de noviembre de 2012

Democracia + Cambio = Futuro



Por Rubén Martínez Huelmo




Siempre será importante pensar en la viabilidad del Uruguay, nuestro lugar en el mundo. Nunca será ocioso valorarlo. Cuando observamos nuestra escala en comparación con el resto del mundo sentimos que es una obligación nacional. Por ello debemos preocuparnos permanentemente por el crecimiento político, moral e intelectual de nuestra sociedad y fundamentar así nuestra vigorosa Democracia. También de su situación socioeconómica, laboral y productiva, del desarrollo que nutre la calidad material de nuestra vida cotidiana, en línea directa con la plena vigencia de la Constitución de la República y las garantías que emanan del cumplimiento de las leyes.

En ello los Gobiernos del Frente Amplio han trabajado y lo siguen haciendo firmemente, pues los gobiernos deben ser constructores y garantes de la felicidad pública.Todo ello va atado a nuestra inserción regional y por lo tanto podemos afirmar que el Gobierno del Frente Amplio, está diseñando un Uruguay por 50 años hacia el porvenir.

Sin duda que  a Uruguay le espera un rol destacado en una región integrada.

No es casualidad que  aparezcan  en el horizonte varias realizaciones que preanuncian ese destino.


  1. El puente Tres Fronteras, que unirá Bella Unión, Quarai y Monte Caseros que será estratégico para el desarrollo del norte uruguayo,
  2. La Hidrovía del Este que conectará el noreste de nuestro territorio al puerto de Río Grande, por medio del Río Yaguarón, Laguna Merín, canal de San Gonzalo, Laguna de los Patos, cobrando gran vigor el puerto de La Charqueada y Tacuarí.
  3. El desarrollo del Puerto Seco de Rivera, conectado a Rio Grande del Sur.
  4. El Puerto de Aguas Profundas que vinculará a la mesopotamia argentina y Paraguay con el Atlántico, por medio de los corredores bioceánicos, los que irán hasta  el Pacífico por debajo de los Andes, hasta la costa chilena, cuenca del Pacífico donde se radica el 50% del comercio mundial.
  5. Hidrovía Paraná-Río Uruguay, exclusas de San Antonio mediante la que se  permitirá navegar el curso superior del Río Uruguay.


Todo ese diseño de un nuevo Uruguay afirma un rumbo nítido en aras de la definitiva viabilidad para nuestro Uruguay,  en su construcción interna y en su inserción internacional. Abriendo el futuro, cerrando el paso a cualquier retorno a un pasado para unos pocos. Gobernando para las grandes mayorías. Ese es el capital que tendrán que administrar las futuras generaciones.

El desvelo del Gobierno presidido por José Mujica siempre será seguir un rumbo seguro  para nuestro Uruguay.

En eso estamos.




miércoles, 7 de noviembre de 2012

No sé de nadie que se haya salvado con un TLC

 Martínez Huelmo repasa la visión de la bancada frenteamplista  sobre la integración regional.




1) El país está en un proceso de apertura al mundo; como integrante de la comisión de asuntos internacionales, ¿considera que Uruguay debe focalizarse más en el Mercosur y la región, o ampliar sus objetivos?

Todos los mercados son importantes. Prefiero no desestimar ningún destino. Exportar es una orfebrería y al Uruguay en ello le va la vida. La pertenencia al Mercosur no asegura sus mercados, hay que remarla todos los días.
Sin mengua de la evidente importancia del Mercosur en nuestras exportaciones, estoy a favor de la más amplia diversificación de nuestros mercados, ese es un punto alto de los gobiernos del Frente Amplio en comunión con los empresarios y los trabajadores.

2) En la comisión se han aprobado varios acuerdos tributarios, ¿la oposición ha acompañado esos trabajos?

La oposición con esos asuntos específicos ha acompañado a regañadientes con fuertes críticas a la OCDE. Nosotros, como gobierno, hacemos nuestro trabajo que es armonizar la situación del país con el mundo real, en defensa de los sagrados intereses de nuestro Uruguay. No vamos a entrar en colisión con el mundo por sostener una situación que está agotada. El tema de la transparencia fiscal internacional es un tema que llegó para quedarse. El presidente Mujica ya advirtió estos temas en la campaña electoral del 2009 y el tiempo le dio la razón.

3) Uruguay busca asomarse al Pacífico integrando como observador el bloque de países de esa zona y Asia; ¿considera que es una buena estrategia, pensando que Brasil no ha visto con buenos ojos esa asociación?

Lo primero que debo expresar es que no creo mucho en ese presunto malestar, Uruguay no desconoce el liderazgo natural de Brasil en el Mercosur, juntos vienen avanzando con la constitución de dos grupos de alto nivel de modo de preparar mejores niveles de relacionamiento comercial y de integración. Ha habido respuestas a los problemas de la industria automotriz entre muchas medidas que certifican que Uruguay y Brasil avanzan en el Mercosur; por algo es nuestro primer comprador. Sería muy irresponsable no reconocer que Brasil es un jugador mundial situado a dos cuadras del Chuy. Pienso que Uruguay y Brasil no han ideologizado su relación y ello es correcto, pese a que sabemos el pensamiento de nuestras oposiciones con respecto al Mercosur. En cuanto a nuestra silla de observadores en la Alianza del Pacífico, corresponde a una visión realista de la integración latinoamericana. Pero hay otro elemento sustancial, Itamaraty proyecta un Brasil con rango mundial y nosotros vamos en el pescante, no como Cisplatina, sino como Uruguay. Como también no vamos como Provincia Oriental con Argentina, por lo tanto desde el Palacio Santos el Estado uruguayo busca su inserción en la región, su viabilidad real y tangible, su proyección a no quedar debajo de la mesa en el futuro. Estamos diseñando un Uruguay para 50 o 100 años por delante, bajo el presupuesto de que Uruguay merece seguir existiendo; como decía Ferreira Aldunate, el mundo sería mucho peor sin el Uruguay.

4) La oposición ha cuestionado la decisión del gobierno de apoyar la suspensión de la participación de Paraguay en el Mercosur, ¿qué opina de esa decisión, ha contribuido?

Los mejores abogados que han tenido los golpistas paraguayos es nuestra oposición, tenemos dos visiones irreconciliables y no lo lamento. La discusión marcó las tendencias. Veremos luego de las elecciones de abril en Paraguay si la cosa se reencauza. Hago votos por ello. Pero que quede claro, el futuro del Mercosur es con Paraguay y también con Venezuela, espero que este episodio nos dé a todos una mejor perspectiva de los problemas de la integración. Hay mucha cosa pendiente para afinar entre todos.

5) ¿Uruguay debe integrarse al menos como observador al ALBA?

No veo impedimentos, pero esto es mi opinión. Quienes tienen la derecha para determinar ese paso, o cualquier otro, son el Presidente de la República y el canciller.

6) ¿Estima que la integración regional está avanzada o hay un freno o ritmo más lento en el último año?

La crisis internacional opera como un llamador a la cautela y ello seguramente que se visualiza como un enlentecimiento del ritmo comercial, pero la integración como concepto supera la visión economicista y comercial; desde ese ángulo creo que la integración es determinante en el marco de las relaciones latinoamericanas.
La paz, la democracia, corregir los profundos cuadros de exclusión social, el desarrollo de nuestras economías, el tránsito de los migrantes, los derechos humanos, la revitalización de nuestras fronteras, la integración en infraestructura, etc. La agenda es tan vasta que nos hacer sentir que es la hora de América Latina y frente a esa oportunidad hay que tomarla con vocación por la integración y mucho trabajo político, mucho zurcido y bordado e imaginación. Nuestros pueblos han esperado demasiado.

7) Muchas veces se critica a los legisladores por sus viajes a organismos internacionales, ¿estima que son necesarios y por qué?

El Parlamento tiene tres ámbitos internacionales claros, el Parlamento Latinoamericano con sede en Panamá, antes era San Pablo, la Unión Interparlamentaria con sede en Ginebra y el Parlamento del Mercosur con sede en Montevideo.
En el mundo actual entiendo que es importante la presencia en esos ámbitos, que tienen vasos comunicantes con los estados a que pertenecen los legisladores y por lo tanto facilitan las relaciones internacionales.
Podríamos ir a una posición aislacionista pero no sería fructífera. En los próximos días he de acompañar al presidente de la Cámara, Jorge Orrico, integrando una breve delegación plural con destino a Armenia; nos acompañarán algunos empresarios, vamos a echar bases para vincular comercialmente a nuestros dos países.
Armenia puede hacer de Uruguay su lanzamiento hacia el Mercosur y Uruguay hacer de
Armenia su plataforma de lanzamiento para los Urales y toda aquella vasta región. Este viaje se enmarca en lo que se ha dado en llamar “diplomacia parlamentaria”. No pretendo con esto mitigar las críticas, es un aspecto del trabajo parlamentario que se debe realizar a conciencia.

8) Algunos sectores de la oposición, y en otro tiempo del Frente Amplio, han planteado la necesidad de firmar un TLC con EEUU; ¿ese debate está enterrado o se abrirá nuevamente? ¿Usted considera que el tratado sería útil al país?

Uruguay, en la Presidencia de Tabaré, razonablemente desistió de ese camino y avanzó en la relación con Estados Unidos por medio del TIFA, que tiene una gran diferencia con un TLC. Los TIFA crean comisiones conjuntas con el objetivo de facilitar inversiones, liberalizar el comercio, compras gubernamentales, etc. Si bien están abiertos temáticamente, ofrecen el clásico menú de los TLC pero no lo hacen compulsivo.
Uruguay ya ha aprobado algunos TIFA, sobre aspectos aduaneros y propiedad intelectual; este último tuvo el acuerdo de la comunidad científica.
El TLC posee una globalidad tal que no permite administrar los impactos sectoriales. ¿Quién se hace cargo de ello? Obviamente sabemos que algunos sectores se salvan y hasta mejoran en su acceso a los Estados Unidos, pero hay que tener presente que el TLC con una mega potencia tiene costo social y de ello no se hace cargo la otra parte. No sé de nadie que se haya salvado con un TLC, prefiero el camino lúcido y ponderado que ha seguido nuestro gobierno y que marca un gran crecimiento de las exportaciones a nivel global sin las obligaciones especificas de un TLC.

9) ¿El proceso de integración regional puede verse comprometido si la
oposición conquista el gobierno?

La integración llegó para quedarse o alguien puede creer que es tan fácil irnos del Mercosur, irnos de la Unasur, aislarnos del vecindario, complicar las negociaciones de Aladi; si alguien de la oposición lo cree no está apto para aspirar a ser gobernante del Uruguay. Si así piensan tendrán que demostrar con números qué tienen a cambio para compensar esas renuncias.

10) ¿La bancada y el Ejecutivo han trabajado coordinadamente en las cuestiones internacionales o falta trabajo en ese sentido?

 La naturaleza de las instituciones muchas veces puede afectar cualquier intento en ese sentido, sin embargo la Cancillería y sus servicios tienen buena disposición para con su bancada y con el Parlamento en general.




Fuente: La República


lunes, 23 de julio de 2012

Venezuela al Mercosur

Martínez Huelmo: "La negativa sistemática del Senado paraguayo al ingreso de Venezuela ha sido una burla a la soberanía de Uruguay, afectando significativamente el desarrollo de nuestro comercio exterior regional".








Concordamos con aquello que dice que los asuntos internacionales de los países se deben medir en función directa de sus intereses, ello comprende también nuestra ubicación en un proceso de integración.

El proceso se vuelve tan interactivo que puede pasar, como pasó, que en el MERCOSUR no se puede contravenir el Protocolo de Ushuaia y su cláusula democrática, la cual obliga. Es que los principios democráticos son parte inalienable de nuestros intereses como estado y como sociedad.

Es decir que en la medida que el bloque se ha dado esas disposiciones nadie puede abstraerse de situaciones como las acaecidas en Paraguay a fines de junio pasado. Por lo tanto que ahora se diga que las sanciones a Paraguay son una intervención en los asuntos internos de ese país es un pretexto grosero. No se interviene pero  tampoco debemos sentirnos ajenos, cuando los cuatro habíamos acordado Ushuaia.

En oportunidad de la presencia de legisladores del Paraguay en la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, nos dijeron que el trasfondo de este contencioso internacional era la incorporación de Venezuela al MERCOSUR, pretendiendo ignorar que el desencadenante de un sinnúmero de circunstancias concatenadas, es el acto antidemocrático cometido en el Paraguay y la suspensión consiguiente.

Fue la única mención a Venezuela que han hecho los paraguayos, lamentablemente los parlamentarios paraguayos no explicaron por qué razón el Senado de ese país aún no se expidió sobre el Protocolo de Adhesión de Venezuela al MERCOSUR.  Tampoco aportaron cual es la diferencia con los diputados de ese país que sí han aprobado la Adhesión de Venezuela al bloque. Sobre esos criterios, no hemos tenido novedad, y si bien ello es derecho del Parlamento paraguayo, en más  de un quinquenio se podría haber dado alguna explicación.

Como bien dice el Presidente de la República, Don José Mujica, “Hace cinco años que nos vienen tomando el pelo, negando el ingreso de Venezuela al MERCOSUR con argumentos inmorales y baladíes”.

Hace muchos años que escuchamos, que el MERCOSUR no nos permite crecer y que ello es responsabilidad de Brasil  y Argentina y que las dificultades que tenemos en el bloque debieran llevarnos a tomar una actitud más confrontativa, etc.  

Hace algunos años, cuando el MERCOSUR tenía un volumen de exportaciones un poco inferior al NAFTA, algunas personalidades del mundo político, frente a esa performance, decían que debíamos cambiar de estatus y pasar a ser socios, cuando no a abandonar el bloque. También hace pocos días la Unión Industrial paraguaya por el resentimiento de la sanción aplicada a Paraguay, amenazó con retirarse del MERCOSUR,  “vamos a juntar firmas para irnos del MERCOSUR”, vociferó la corporación guaraní. En realidad lo podrían denunciar, sería mucho más sencillo y les llevaría menos tiempo. Pero la verdad es que nadie en se va a retirar del MERCOSUR, por la sencilla razón  que no sabrían como suplir ese impacto en sus economías. Ni ellos allá ni otros aquí.

Pero no solo Brasil y Argentina nos presentan dificultades al momento de desarrollar nuestras exportaciones, aunque comprendemos la situación internacional a que están sujetas sus economías en el marco de la gigantesca expansión monetaria de los Estados Unidos y Europa,  crisis financiera mediante y cuyo efecto debemos mitigar entre todos en nuestra región, so pena de caer en situaciones incontrolables.

También Paraguay por obra de su Senado ha infligido daños a la economía uruguaya al impedir que Venezuela se adhiera integralmente al MERCOSUR, lo que nos permitiría profundizar nuestra vinculación comercial y de cooperación económica y social.

El periodo Enero-Junio 2012 señala que nuestras exportaciones a Venezuela llegaron a 209 millones de dólares, ello sin que Venezuela haya efectivizado su ingreso al MERCOSUR.
Pese a ello pocos reparan en que el Protocolo de Adhesión de Venezuela ampara a las economías menores del MERCOSUR.  Para Argentina y Brasil el mismo dispone que Venezuela deba adoptar el acervo normativo vigente del MERCOSUR en forma gradual  en un  lapso de cuatro años. Por lo contrario para Uruguay y Paraguay ese Protocolo observa la asimetría de los mismos, disponiendo un Anexo IV, la lista 2 para Uruguay y la lista 1 para Paraguay.

Esas listas son parte indisoluble del Protocolo de Adhesión Venezolano,  la que corresponde a Uruguay consigna productos de su oferta exportable, los que gozarán en forma inmediata de una desgravación total y de acceso efectivo al mercado venezolano.

Se trata de 202 productos que ocupan el código arancelario clásico de Uruguay, productos farmacéuticos, pescados, carnes, lácteos, miel, embutidos, hortalizas, frutas, vinos, artículos de cuero y lana.

Los primeros pasos de integración entre Uruguay y Venezuela, se dieron como partes del MERCOSUR y la CAN (Comunidad Andina de Naciones),  esa vinculación se dio por medio del Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica Nro. 59 instrumento que instalaba un orden arancelario para el ingreso de mercaderías uruguayas a Venezuela.

Sin embargo una vez que aparece en escena el Protocolo de Adhesión de Venezuela al MERCOSUR  los aranceles del ACE Nro. 59 quedarían sin efecto, una vez aprobado en el MERCOSUR.
Lo que no se dice es que Venezuela cumplió, pues a los efectos de su ingreso al MERCOSUR denunció el Acuerdo de Cartagena que lo vinculaba a la CAN, en abril de 2006.

Por si ello fuese poco,  Venezuela confirmo el compromiso estipulado en su Protocolo de Adhesión al conceder acceso inmediato a Uruguay y Paraguay para los principales productos de sus respectivas ofertas exportables, tal como están consignados en las listas 1 y 2 Anexo IV, del Protocolo de Adhesión.
Quiere decir que para Uruguay y Paraguay el Protocolo de Adhesión ya les está rindiendo frutos por medio de los ACE Nro. 63 y Nro. 64.
El Acuerdo de Complementación Económica Nro.63 es el concerniente a Uruguay, por el mismo se concede una preferencia total e inmediata para aquellos 202 productos que referí más arriba.
Quiere decir que el ACE Nro.59 dio lugar al ACE Nro. 63 para Uruguay y ACE Nro. 64 para Paraguay, cuyas diferencias son que estos último aplican a los productos del Protocolo de Adhesión de Venezuela al MERCOSUR arancel cero.

Queda claro que Venezuela viene cumpliendo y los que no han cumplido son los señores senadores del Paraguay.
El agravante es que al haber frenado irresponsablemente el proceso de adhesión de Venezuela al MERCOSUR, a Uruguay se le ha impedido acceder a otros rubros del universo arancelario, que hoy no están en el Anexo IV del Protocolo de Adhesión asumidos por el ACE Nro.63.

Sin duda que la negativa sistemática del Senado paraguayo ha sido una burla a la soberanía de Uruguay, afectándose nuestra libertad de comercio y el desarrollo de los negocios de nuestro comercio exterior regional.

Sentimos que el posicionamiento de Venezuela en nuestra cartera de exportaciones, es decir en nuestros recursos genuinos producidos por el trabajo nacional, detrás de Brasil, Zona Franca Nueva Palmira, China y Argentina,  hace necesario y positivo su ingreso definitivo al MERCOSUR.



Rubén Martínez Huelmo

Publicado en  Participando, mensuario del Movimiento de Participación Popular
vea la versión completa online  aquí 




viernes, 11 de mayo de 2012

Lucía y el gato sobre la mesa







Debo confesar que las declaraciones de Lucía Topolansky vinculadas al rol de nuestras fuerzas armadas, en principio me han causado cierta contrariedad.
Como soy políticamente liberal, desde siempre me he afiliado al ideal o principio que pretende una fuerza militar neutra, profesional y sin vinculación partidaria de tipo alguno y sujeta al imperio de la Constitución y la Ley.
Sin embargo las palabras de Lucía y el griterío que sobrevino, más los rasgados de vestiduras de tantos calumniadores, me impulsan a examinar más detenidamente sus declaraciones.
En primer término debo afirmar que el Frente Amplio ha respetado esos principios como nadie lo ha hecho antes, incluida Lucia Topolansky como jefa de sector, más allá de su opinión particular.
En segundo lugar es claro que el principio de la neutralidad, de la profesionalidad y apoliticidad de la fuerza militar no ha sido un principio consumado nítidamente en la historia del Uruguay.
Es que nuestra historia particular, como país, demuestra la distorsión sobre el principio a que venimos aludiendo.
Quienes se visten con la apariencia de un principismo inmaculado no nos pueden engañar.
El Ejército uruguayo se consolidó en los esteros del Paraguay en las acciones de la Guerra de la Triple Alianza y desde esa experiencia se proyectó su futura organización profesional.
Fue en la época de Don Lorenzo Batlle que se acuñó aquello del “ejército con banderita al tope” que sirvió a los propósitos de un determinado partido tradicional.
Ese sistema procesado por el liberalismo del siglo XIX se prestó a infinidad de excesos, incluyendo todo un período denominado “militarista” cuya influencia avanzó largo en el siglo XX.
Al punto tal que la oposición, hasta 1930, guardaba su propio escalafón militar, elemento residual del tiempo en que el partido opositor tenía su propio ejército, como garantía existencial.
A la salida de la guerra de 1904, el país comenzó a recorrer dificultosamente la etapa de pacificación, en un Uruguay herido y dividido en dos parcialidades irreductibles.
El ideal liberal de fuerzas militares neutras, profesionales y apartidarias no nos consta que haya concretado alguna vez en términos absolutos, aunque tenemos la sensación que en determinado momento, -en la post guerra 939-945 -, el sistema político nacional creyó haber llegado a ese estado.
Sin embargo, en un escenario de bipolaridad mundial marcado por la “guerra fría”, se permitió que nuestros militares concurriesen a “estudiar” a la Escuela de las Américas, lugar donde los predispusieron ideológicamente para la etapa de la Doctrina de la Seguridad Nacional, barrer con todo y convertirlos en un ejército de ocupación, como bien definió Wilson Ferreira Aldunate desde su exilio.
Y se vino la dictadura y fueron muy pocos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que se mantuvieron solidarios, fieles al régimen institucional que encomienda la Constitución. Los buenos liberales y los demócratas deben tener siempre presente sus nombres.
Quiere decir entonces que la partidización y politización en el seno de nuestras Fuerzas Armadas fue moneda corriente desde siempre, o sea que ha sido un factor histórico.
Todos conocen que la Senadora Lucía Topolansky no se formó ni filosóficamente ni políticamente en la escuela del liberalismo político.
Pero ella y el grupo en el cual militó desde siempre al igual que todos los uruguayos hemos contribuido a reconstruir la democracia nacional.
A decir de nuestro profesor Methol Ferré, luego de 1985 todos hemos aprendido a ser un poco mejor liberales.
En realidad los dichos de Lucía conllevan un enorme desafío y profundas interrogantes, sus palabras están buscando la garantía y salvaguardas para la convivencia nacional, se esté o no de acuerdo con ellas.
A ello nadie puede ser ajeno, esto involucra fundamentalmente al sistema político y también a nuestras Fuerzas Armadas.
En los últimos años sentimos que el viejo principio liberal regresa fortificado por los errores del pasado, y podemos dejar establecido que el Frente Amplio, todo, lo transita como un bien garante de mejores tiempos.
En buena hora “el gato que Lucía tiró sobre la mesa”, será útil para discurrir sobre un tema muy serio para la vida política nacional, pero sin histrionismos ni hipocresías. La historia, como siempre, es esclarecedora.
  
Por Rubén Martínez Huelmo- E609, Participación Masoller

martes, 8 de mayo de 2012

El Flaco: Nuestro Candidato!


Entrevista realizada a Ernesto Agazzi, candidato a Presidente del FA en las elecciones internas del 27 de Mayo. Ex subsecretario y luego ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, actual senador, ingeniero agrónomo, hincha de Danubio y Larre Borges aunque jugó muchos años en la Selección de Basquetbol de Paysandú. Siempre tocó el tambor y sale en la comparsa del barrio (la Zabala), sostiene que le gusta dedicarse a una sola cosa. Tiene 69 años y quiere ser presidente del Frente Amplio.





¿Por qué hay que votar a Ernesto Agazzi?
Para empezar, yo no le digo a nadie que hay que votar a Agazzi. Un objetivo que tiene esta elección es que el Frente Amplio se reencuentre con los frenteamplistas. El Frente tiene hoy 410.000 inscriptos en 388 comités de base. Lo que siento en este momento es que esa cantidad y esa organización frenteamplista están bastante dormidas. Si logramos que muchos frenteamplistas vayan a votar a la elección del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo del Frente Amplio - así me gusta llamarle a la presidencia y los plenarios - ingresaremos al camino de confluencia entre el Frente Amplio y los frenteamplistas. Lo más importante es que la gente vaya a votar. Otra cosa importante es la libertad que van a tener los electores, donde hay opciones varias en todas las instancias.Cada frenteamplista tiene la libertad incluso de cruzar los votos.
Pero ¿cuál es su perfil, frente a los otros candidatos?
En materia de candidatos, lo que le digo a los frenteamplistas es que se fijen qué fue lo que hicimos durante los últimos cinco años y no lo que prometemos para el futuro. Prometer es facilísimo. Además, esto es una elección interna; no podemos prometer que se van a construir carreteras en bajada o que se va a distribuir leche por cañerías, como decía Tortorelli. El Frente es una estructura política que tiene un programa, esas cosas no se pueden cambiar. En realidad, la elección del presidente del Frente no es para la orientación política de la organización, porque la orientación está dada por su conformación estructural. La elección quizá sirva para re jerarquizar algunas áreas, un estilo de conducción y para fortalecer a la fuerza política.
El MPP insistió e insistió en que no iba a presentar candidato. y aquí estamos. ¿Por qué se presentó su candidatura?
Fue una inconsistencia, que evidentemente tiene un costo, pero la explicación que la sostiene es que el MPP trabajó mucho para conseguir un candidato con una base política de sustento amplia; que no fuera de un sector sino que fuera independiente. Todos saben que trabajamos para eso. Hablamos con unos y otros y eso, por distintos motivos, no pudo concretarse. Algunos no aceptaron, otros consultaron con sus sectores y respondieron que los mismos ya estaban comprometidos. Quizá fue ineficiencia nuestra o tal vez nos planteamos algo que precisaba más tiempo. El asunto es que no pudimos lograr eso, por lo que no tuvimos más remedio que cambiar la posición hecha pública inicialmente y proponer un compañero del MPP. Pero hoy, los cuatro candidatos, lo somos del Plenario del Frente. Yo pedí licencia a mis responsabilidades en el MPP; estoy tratando de establecer contacto con todos los frenteamplistas. Y quien asuma la responsabilidad de presidente del Frente va a tener que desvestirse de su mandato partidario, porque pasará a desempeñas una tarea diferente.
¿Es posible desvestirse de ese mandato, quedar desnudo? ¿Dónde quedan las lealtades de Agazzi si es electo presidente? ¿A quién responde?
Esto tiene dos aspectos: uno es la razón y otro el soma, lo más profundo, aquellas cosas que no podés cambiar. Pero en el terreno político, en la toma de decisiones, uno tiene que tener el valor de saber articular, de sobreponer eso a lo que uno piense.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, ver las distintas posiciones que hay sobre el tema del aborto y, más allá de lo que yo piense sobre el tema, lo que interesa es encontrar un denominador común en el tema. Llegado a ese común denominador, ese es el mandato.
¿Es posible eso?
La historia del Frente demuestra que sí. El MPP es el primer sector del Frente que repite en dos elecciones la mayoría. Tiene un peso importante, el presidente de la República es del MPP. Muchos observan con recelo la posibilidad de que usted sea presidente ya que eso implicaría una hegemonía muy marcada. Que el MPP sea mayoritario, más allá de que sea un dato que sale de las elecciones, obliga a profundizar un poco en el pensamiento. El MPP no es un partido, es un movimiento. Que se ha conformado por una convocatoria a grupos e individuos bastante diversos. ¿Cuál es la hegemonía? ¿La de Groba? ¿La de Semproni? ¿La de Passada o la de Battistoni? El Espacio 609, en su interna, por las características políticas que tiene, no conduce a una visión hegemónica partidaria, que sí han tenido otras mayorías en el Frente. La explicación racional que encuentro del éxito del llamado del MPP es que es abierto, no tiene exigencias previas más que ponerse de acuerdo en apoyar un conjunto de ideas de una izquierda independiente, democrática y participativa. Entonces, el significado de hegemonía del MPP es diferente a otras hegemonías que ha habido. Quizás el éxito de este llamado, de confluencias tan diversas - como hasta el propio Saravia, que vino, probó, vio que ahí no podía respirar y retornó a su origen - esté en esa amplia flexibilidad. Es un nuevo tipo de izquierda que, por razones más globales, por lo que está pasando en el mundo, por el estado actual de las ideas socialistas, de las experiencias prácticas que se vienen desarrollando en América Latina, en África, es algo que va a continuar y mejorará. Miremos la experiencia del Congreso Nacional Africano o del PT de Brasil. Creo que en el futuro de las organizaciones de la izquierda está tomando cuerpo el concepto de construir a partir de la diversidad y no a partir de un centro político hegemónico que obliga a pagar un peaje ideológico de entrada.
¿Se siente socialista?
Sí; me siento partidario de una comunidad que quiere construir un mundo donde al nosotros producir la cultura y los bienes materiales con la suma del trabajo de todos, no vayamos a enriquecer a los propietarios de los medios de producción. Llamémosle a eso socialismo. De eso me siento partidario.

En cierta ocasión Marenales planteó que el Frente era una organización policlasista, con gente de diferentes orígenes y con sectores con diferentes objetivos. Como que se está en un tren que tiene determinado destino y que hay gente que va a bajar antes del destino final.
¿Está de acuerdo? ¿Ustedes llegan a final pero algunos se bajan antes?
Es una visión un poco catastrófica, con la cual discrepo. Es cierto que el Frente Amplio es policlasista; el Uruguay lo es. No sólo en términos económicos, también en términos ideológicos. Pero creo que las transformaciones para construir un país más justo deben ser motorizadas por organizaciones polilclasistas. El monoclasismo llevaría a una estructura sólo de clase y eso lleva al fracaso. ¿Podemos integrar estructuras diversas, por ponerle un nombre al policlasismo, y al mismo tiempo rezongar contra esas estructuras? Me parece que esa es una visión vieja, que no reconoce la realidad tal cual es. No creo que sea válido tener de antemano decidido cuál es el puerto de llegada. Ahí estoy de acuerdo con Tabárez, en el sentido de que la recompensa es el camino.
¿Es posible renovar al Frente Amplio desde adentro? ¿Puede una estructura que ha adquirido ciertos vicios auto renovarse o es necesaria una explosión o implosión?
En primer lugar, no es posible importar un Frente Amplio "made in China"; no podemos traerlo de otro lado. Por lo tanto, no hay más remedio que transformarlo. Eso puede hacerse a través de una implosión. El riesgo de ello es la pérdida de energía, dispersión de la fuerza y extravío de la experiencia acumulada. Trabajo en la identificación de las deficiencias y su superación. Esto no puede convertirse en una tesis general, no todas las estructuras pueden arreglarse desde adentro. Si pensara en forma más general, el Uruguay, para cambiar ¿tiene que implosionar? Porque era un país estancado, donde las diferencias de derechos entre los ciudadanos se arreglaban con movilización desde las mayorías y con represión desde las minorías, lo cual condujo hasta a un gobierno militar para parar la confrontación. Sin embargo el pueblo uruguayo fue encontrando sus mecanismos. Y tomo el ejemplo del pueblo uruguayo para aplicarlo al Frente, o sea que creo que es posible cambiar desde adentro. Si no, no sería candidato a la presidencia del Frente.
Fuente: mpp.org.uy

miércoles, 2 de mayo de 2012

La doctrina Carlos María Velázquez, uruguaya y americanista

Por Rubén Martínez Huelmo





No bien se fundan las Naciones Unidas, la República Argentina hace reserva sobre la soberanía del Reino Unido en las Malvinas, y ese posicionamiento fue apoyado por la delegación de Uruguay; corría 1946.
Años más tarde, en 1964 en oportunidad de plantearse el asunto de las islas Malvinas en un subcomité de Naciones Unidas que tenía a su cargo examinar la situación de los territorios coloniales en América Latina, Uruguay se expresó por medio de su embajador Dr. Carlos María Velázquez.
La doctrina allí consignada fue adoptada por las Naciones Unidas constituyendo al presente un principio fundamental del Derecho Internacional.

Lo primero que fijó C. M. Velázquez fue la procedencia de que el tema fuera manejado por el referido subcomité: “La circunstancia de que en el caso del territorio de las islas Malvinas se halle planteada, desde hace mucho tiempo, una cuestión de reclamación territorial por parte de la República Argentina, no quita al problema su carácter de problema colonial, desde que esas islas se hallan incluidas en la lista de territorios no autónomos, por voluntaria disposición de la propia Potencia Administradora. Ese reconocimiento espontáneo que, como es notorio, no siempre se ha otorgado respecto de todos los territorios que pueden hallarse en situación similar, fija automáticamente la competencia del Comité”.
Luego el embajador C.M. Velázquez precisó cuáles debían ser los principios que debían guiar nuestra acción. El primero de ellos sentaba que los territorios de América no pueden ser objeto de colonización: “Cuando las colonias españolas de la América Central y meridional proclamaron su independencia en la segunda década del siglo XIX, adoptaron un principio de derecho constitucional e internacional, al cual dieron el nombre de uti possidettis juris (como tú poseías, continuarás poseyendo), con el propósito de afirmar que los límites de las Repúblicas recientemente constituidas serían los de las fronteras de las provincias españolas a las cuales ellas se sustituían. Este principio general ofrecía la ventaja de proclamar, como regla absoluta que en la antigua América española no existía, desde el punto de vista del derecho, ningún territorio sin dueño.
Las regiones no explotadas o no ocupadas por los españoles se reputaban pertenecer, jurídicamente, a cada una de las Repúblicas que habían sucedido a la Provincia española, a la cual esos territorios habían sido adjudicados en virtud de antiguas órdenes reales de la antigua madre patria española. Estos territorios, aunque no ocupados de facto, eran considerados, por común acuerdo, como ocupados de derecho, desde el primer momento, por la nueva República”.
Este principio excluía las tentativas de Estados colonizadores europeos sobre territorios que hubieran podido considerar, de otro modo, cosa de nadie.
El segundo principio establecía que: “los estados americanos no reconocen las adquisiciones territoriales o las ventajas especiales que se obtengan por la fuerza o por cualquier otro medio de coacción” (Art.17 de la Carta de la Organización de los Estados Americanos).
El no reconocimiento de la fuerza como medio para la adquisición de derechos territoriales o de otras ventajas y la condena indiscriminada de la guerra de agresión han constituido una de las características más peculiares del pensamiento político-jurídico de América Latina.
Tan categórico y completo fue el alegato del embajador Velázquez que incluso abordo el tema de la población de las Malvinas.
“…aquellos países que por razón de su pequeñez o su debilidad han sido despojados, casi siempre por la fuerza, de porciones de sus territorios nacionales, para quienes la aplicación estricta del principio de libre determinación, que pondría el destino de esos territorios en posesión de un limitado grupo de colonos instalados por la potencia conquistadora, equivaldría a la legalización de una situación de fuerza que, como hemos observado, ha constituido durante siglos un ilícito internacional. Este enfoque sigue siendo correcto y pertinente en el caso que examinamos, si se tiene en cuenta el hecho de que las islas Malvinas fueron deshabitadas, sin población autóctona y que la población ahora existente ha provenido en su casi totalidad de la metrópoli colonial, e incluso sujeta a fluctuaciones periódicas, según las estaciones del año”.
La vigencia de la Doctrina Internacional expresada hace más de 45 años por Carlos María Velázquez posee tal calidad argumental que refuta claramente a la Carta de fecha 27 de enero de 2012 dirigida al secretario general de las Naciones Unidas por el representante permanente del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ante las Naciones Unidas.
En nuestro presente algunos quieren mezclar el apoyo uruguayo a la causa argentina sobre las Malvinas con los temas comerciales y otros, pero es menester señalar que son dos cosas distintas.
Lo que en su alegato expresó el embajador Velázquez está referido a que nuestros países y en particular el nuestro tienen en el derecho internacional su mayor amparo y garantía y que ninguna otra discusión se le debe cruzar, debiéndose llevar a cabo por cuerda aparte.
Nuestro apoyo a la causa argentina no inhibe de proseguir por las vías respectivas las negociaciones comerciales; al fin y al cabo cuando Uruguay dispuso su apoyo a la causa de las Malvinas, teníamos aún pendiente la discusión de los límites. Casi nada.
En 1946 ni el Río Uruguay ni el Río de la Plata estaban delimitados, y en 1964 faltaba aún el Plata. En aquella época nadie mezcló las cosas. Por lo contrario, quedó formalizada la doctrina uruguaya sobre Malvinas y se siguió trabajando en defensa de nuestros intereses nacionales hasta llegar al arreglo de los límites.
Hoy el gobierno hace lo mismo: fiel a la tradición nacional y americanista, apoya el reclamo argentino y por cuerda aparte busca solucionar los otros asuntos pendientes.
Eso que parece tan lógico y sensato choca con la mala fe de algunos que están condenados por su propia pequeñez.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

15 de setiembre. Día Internacional de la Democracia

El valor se pone a prueba cuando somos minoría.

La tolerancia se pone a prueba cuando somos mayoría.

La democracia depende de la expresión de las ideas y la cultura de la tolerancia.

La tolerancia política supone libertad de expresión, un diálogo abierto y diversidad
de opiniones. A las instituciones democráticas, como los parlamentos, compete mediar en caso de tensión entre opiniones divergentes, y velar por la participación de todos los sectores de la sociedad.


«Reconozcamos que la gobernanza democrática es un anhelo que comparten y manifiestan gentes del todo el mundo. La democracia es un fin por derecho propio, y un medio indispensable para alcanzar el desarrollo de toda la humanidad».
Mensaje del Secretario General de la ONU Ban Ki-moon sobre el Día Internacional de la Democracia de 2010

Ver también:

- Día internacional de la Democracia - Parlamento Uruguayo

- Día Internacional de la Democracia - Naciones Unidas

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fotografías de Aurelio González (Diario El Popular)

Golpe de Estado y Huelga General
27 de junio - 12 de julio de 1973


El 27 de junio de 1973, el entonces presidente Juan María Bordaberry suscribió, junto
a sus ministros de Defensa e Interior, un decreto por el cual se disolvía el Parlamento.
La alianza de militares y civiles que gobernó desde la disolución del Parlamento
buscó promover transformaciones profundas en la política, la economía y la sociedad
uruguaya. Entre sus primeras medidas el nuevo régimen suspendió la actividad
de los partidos políticos y decretó la ilegalización de la Convención Nacional
de Trabajadores (CNT), disponiendo la clausura de todos sus locales y el arresto de
sus dirigentes. Por decreto se suprimió el derecho a la huelga de los trabajadores.
Para finales de 1973, se había intervenido la Universidad e ilegalizado casi la totalidadde las agrupaciones políticas y estudiantiles de izquierda. A su vez, el controlque el régimen tenía sobre la información que circulaba públicamente, ejercido através de la censura y la clausura de muchos medios de comunicación, dificultaba en gran medida la difusión pública de esta situación.




Las formas de resistencia y de oposición a la dictadura fueron múltiples, se desarrollaronen diferentes escenarios y supusieron estrategias diversas. Hasta el momentose han recogido fundamentalmente acciones de resistencia de la sociedad
organizada en sindicatos, gremios y partidos políticos, por lo que aún resta incorporarotras dimensiones de esta práctica que indudablemente varió en función de
los grupos sociales y los espacios geográficos en que se ambientó.

En la misma madrugada del 27 de junio la Convención Nacional de Trabajadores
definió manifestar su rechazo a la ruptura institucional a través de una huelga
general con ocupación de los lugares de trabajo. La medida de lucha, a la que se
sumó el movimiento estudiantil, contó con una importante participación tanto en
Montevideo como en departamentos del interior del país, extendiéndose hasta el
12 de julio, a pesar de los constantes desalojos de las fábricas ocupadas y de la
ilegalización de la CNT y las consiguientes requisitorias de captura de sus dirigentes.


Además de haber sido detenidos cientos de opositores, en el transcurso de la huelga
fueron asesinados los militantes Ramón Peré y Walter Medina mientras participaban
en medidas de protesta anti-dictatoriales.

El 9 de julio, en pleno embate represivo, se logró realizar una manifestación en la avenida18 de Julio con importante afluencia de público, la cual fue rápida y ferozmentereprimida y disuelta. El periodista Rubén Castillo convocó a este encuentro a través dela lectura en su programa radial del poema de Federico García Lorca “Llanto por IgnacioSánchez Mejía”, cuyos versos indicaban reiteradamente “A las cinco en punto...”.


Después de esta instancia y del levantamiento definitivo de la huelga, durante varios
años no pudieron realizarse grandes concentraciones públicas de rechazo al
régimen. En el marco de una intensa represión, las principales acciones de resistenciaa la dictadura se realizaron de forma clandestina o fuera del país, adoptando lasmás variadas formas, como por ejemplo la edición de volantes y boletines, la realizaciónde colectas, las reuniones en casas de familia o la realización de campañasde solidaridad.



El año 1973 se cerró con la instalación de un Consejo de Estado, órgano consultivo
que suplía al Parlamento, presidido por Martín Echegoyen e integrado por otros
civiles, cuyas sesiones no fueron públicas.

- Ver todas las fotos de la muestra aquí


- Fuente: Centro Municipal de Fotografía