martes, 8 de mayo de 2012

El Flaco: Nuestro Candidato!


Entrevista realizada a Ernesto Agazzi, candidato a Presidente del FA en las elecciones internas del 27 de Mayo. Ex subsecretario y luego ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, actual senador, ingeniero agrónomo, hincha de Danubio y Larre Borges aunque jugó muchos años en la Selección de Basquetbol de Paysandú. Siempre tocó el tambor y sale en la comparsa del barrio (la Zabala), sostiene que le gusta dedicarse a una sola cosa. Tiene 69 años y quiere ser presidente del Frente Amplio.





¿Por qué hay que votar a Ernesto Agazzi?
Para empezar, yo no le digo a nadie que hay que votar a Agazzi. Un objetivo que tiene esta elección es que el Frente Amplio se reencuentre con los frenteamplistas. El Frente tiene hoy 410.000 inscriptos en 388 comités de base. Lo que siento en este momento es que esa cantidad y esa organización frenteamplista están bastante dormidas. Si logramos que muchos frenteamplistas vayan a votar a la elección del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo del Frente Amplio - así me gusta llamarle a la presidencia y los plenarios - ingresaremos al camino de confluencia entre el Frente Amplio y los frenteamplistas. Lo más importante es que la gente vaya a votar. Otra cosa importante es la libertad que van a tener los electores, donde hay opciones varias en todas las instancias.Cada frenteamplista tiene la libertad incluso de cruzar los votos.
Pero ¿cuál es su perfil, frente a los otros candidatos?
En materia de candidatos, lo que le digo a los frenteamplistas es que se fijen qué fue lo que hicimos durante los últimos cinco años y no lo que prometemos para el futuro. Prometer es facilísimo. Además, esto es una elección interna; no podemos prometer que se van a construir carreteras en bajada o que se va a distribuir leche por cañerías, como decía Tortorelli. El Frente es una estructura política que tiene un programa, esas cosas no se pueden cambiar. En realidad, la elección del presidente del Frente no es para la orientación política de la organización, porque la orientación está dada por su conformación estructural. La elección quizá sirva para re jerarquizar algunas áreas, un estilo de conducción y para fortalecer a la fuerza política.
El MPP insistió e insistió en que no iba a presentar candidato. y aquí estamos. ¿Por qué se presentó su candidatura?
Fue una inconsistencia, que evidentemente tiene un costo, pero la explicación que la sostiene es que el MPP trabajó mucho para conseguir un candidato con una base política de sustento amplia; que no fuera de un sector sino que fuera independiente. Todos saben que trabajamos para eso. Hablamos con unos y otros y eso, por distintos motivos, no pudo concretarse. Algunos no aceptaron, otros consultaron con sus sectores y respondieron que los mismos ya estaban comprometidos. Quizá fue ineficiencia nuestra o tal vez nos planteamos algo que precisaba más tiempo. El asunto es que no pudimos lograr eso, por lo que no tuvimos más remedio que cambiar la posición hecha pública inicialmente y proponer un compañero del MPP. Pero hoy, los cuatro candidatos, lo somos del Plenario del Frente. Yo pedí licencia a mis responsabilidades en el MPP; estoy tratando de establecer contacto con todos los frenteamplistas. Y quien asuma la responsabilidad de presidente del Frente va a tener que desvestirse de su mandato partidario, porque pasará a desempeñas una tarea diferente.
¿Es posible desvestirse de ese mandato, quedar desnudo? ¿Dónde quedan las lealtades de Agazzi si es electo presidente? ¿A quién responde?
Esto tiene dos aspectos: uno es la razón y otro el soma, lo más profundo, aquellas cosas que no podés cambiar. Pero en el terreno político, en la toma de decisiones, uno tiene que tener el valor de saber articular, de sobreponer eso a lo que uno piense.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, ver las distintas posiciones que hay sobre el tema del aborto y, más allá de lo que yo piense sobre el tema, lo que interesa es encontrar un denominador común en el tema. Llegado a ese común denominador, ese es el mandato.
¿Es posible eso?
La historia del Frente demuestra que sí. El MPP es el primer sector del Frente que repite en dos elecciones la mayoría. Tiene un peso importante, el presidente de la República es del MPP. Muchos observan con recelo la posibilidad de que usted sea presidente ya que eso implicaría una hegemonía muy marcada. Que el MPP sea mayoritario, más allá de que sea un dato que sale de las elecciones, obliga a profundizar un poco en el pensamiento. El MPP no es un partido, es un movimiento. Que se ha conformado por una convocatoria a grupos e individuos bastante diversos. ¿Cuál es la hegemonía? ¿La de Groba? ¿La de Semproni? ¿La de Passada o la de Battistoni? El Espacio 609, en su interna, por las características políticas que tiene, no conduce a una visión hegemónica partidaria, que sí han tenido otras mayorías en el Frente. La explicación racional que encuentro del éxito del llamado del MPP es que es abierto, no tiene exigencias previas más que ponerse de acuerdo en apoyar un conjunto de ideas de una izquierda independiente, democrática y participativa. Entonces, el significado de hegemonía del MPP es diferente a otras hegemonías que ha habido. Quizás el éxito de este llamado, de confluencias tan diversas - como hasta el propio Saravia, que vino, probó, vio que ahí no podía respirar y retornó a su origen - esté en esa amplia flexibilidad. Es un nuevo tipo de izquierda que, por razones más globales, por lo que está pasando en el mundo, por el estado actual de las ideas socialistas, de las experiencias prácticas que se vienen desarrollando en América Latina, en África, es algo que va a continuar y mejorará. Miremos la experiencia del Congreso Nacional Africano o del PT de Brasil. Creo que en el futuro de las organizaciones de la izquierda está tomando cuerpo el concepto de construir a partir de la diversidad y no a partir de un centro político hegemónico que obliga a pagar un peaje ideológico de entrada.
¿Se siente socialista?
Sí; me siento partidario de una comunidad que quiere construir un mundo donde al nosotros producir la cultura y los bienes materiales con la suma del trabajo de todos, no vayamos a enriquecer a los propietarios de los medios de producción. Llamémosle a eso socialismo. De eso me siento partidario.

En cierta ocasión Marenales planteó que el Frente era una organización policlasista, con gente de diferentes orígenes y con sectores con diferentes objetivos. Como que se está en un tren que tiene determinado destino y que hay gente que va a bajar antes del destino final.
¿Está de acuerdo? ¿Ustedes llegan a final pero algunos se bajan antes?
Es una visión un poco catastrófica, con la cual discrepo. Es cierto que el Frente Amplio es policlasista; el Uruguay lo es. No sólo en términos económicos, también en términos ideológicos. Pero creo que las transformaciones para construir un país más justo deben ser motorizadas por organizaciones polilclasistas. El monoclasismo llevaría a una estructura sólo de clase y eso lleva al fracaso. ¿Podemos integrar estructuras diversas, por ponerle un nombre al policlasismo, y al mismo tiempo rezongar contra esas estructuras? Me parece que esa es una visión vieja, que no reconoce la realidad tal cual es. No creo que sea válido tener de antemano decidido cuál es el puerto de llegada. Ahí estoy de acuerdo con Tabárez, en el sentido de que la recompensa es el camino.
¿Es posible renovar al Frente Amplio desde adentro? ¿Puede una estructura que ha adquirido ciertos vicios auto renovarse o es necesaria una explosión o implosión?
En primer lugar, no es posible importar un Frente Amplio "made in China"; no podemos traerlo de otro lado. Por lo tanto, no hay más remedio que transformarlo. Eso puede hacerse a través de una implosión. El riesgo de ello es la pérdida de energía, dispersión de la fuerza y extravío de la experiencia acumulada. Trabajo en la identificación de las deficiencias y su superación. Esto no puede convertirse en una tesis general, no todas las estructuras pueden arreglarse desde adentro. Si pensara en forma más general, el Uruguay, para cambiar ¿tiene que implosionar? Porque era un país estancado, donde las diferencias de derechos entre los ciudadanos se arreglaban con movilización desde las mayorías y con represión desde las minorías, lo cual condujo hasta a un gobierno militar para parar la confrontación. Sin embargo el pueblo uruguayo fue encontrando sus mecanismos. Y tomo el ejemplo del pueblo uruguayo para aplicarlo al Frente, o sea que creo que es posible cambiar desde adentro. Si no, no sería candidato a la presidencia del Frente.
Fuente: mpp.org.uy

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