La noticia no estuvo en ningún medio masivo de comunicación, no lo titularon, ni siquiera lo mencionaron al pasar, seguro que no es noticia porque no hay escándalo, ni muertes violentas, ni sangre, ni nada atractivo o conveniente para su vampirístico y cipayo modo de actuar y pensar.
El viernes 6 de marzo próximo pasado se realizó en Berna (Suiza) un simposio “El Agua como Bien Público” de ONGs helvéticas, organizado por Alianza Sur.
La intención era sensibilizar a la población e incentivar la reflexión de la opinión pública unos días antes del, tampoco publicitado en estas latitudes, 5º Foro Mundial del Agua, “Conciliar las divisiones por el agua” que se realizó en Estambul (Turquía).
Paradojalmente, en la declaración final del 5º Foro no existen referencias explícitas al agua como Derecho Humano fundamental, sólo accedieron a emitir una tímida declaración de que el acceso al agua potable y al saneamiento es una “necesidad humana fundamental” (grap).
Y algunos dicen que las cosas acá pasan 50 años después.
Es más, algunas organizaciones sociales suizas anticipaban el resultado del foro, ya que alegan que está controlado por las trasnacionales del agua, y aseguraban que no tomaría en cuenta la declaración del Foro Social de Belem do Pará, de que la gestión del agua debe permanecer en el ámbito público, sin fin de lucro y preservando su ciclo.
Es así, el pequeño Uruguay, nuestro paisito, es uno de los pocos, (la ignorancia no me permite decir el único), países del mundo que tiene el acceso al Agua Potable y al Saneamiento consagrado como un Derecho Humano Fundamental en su Carta Magna, además de garantizar que ambos servicios serán prestados exclusivamente por el Estado, anteponiendo las razones de orden social a las de orden económico. (Art. 47. Constitución de la República)
Un logro del pueblo, la reforma constitucional votada el 31 de octubre del 2004, fue votada por más del 64% de la población a pesar que los líderes de los partidos tradicionales llamaron a votar por el NO alegando los motivos esgrimidos por el BID, “El monto de las inversiones que garanticen el cumplimiento del servicio en materia de agua potable y saneamiento no podrá ser cubierto por el Estado, ni por la empresa estatal OSE. Las proyecciones de universalización de servicios deberán ser modificadas, con el consiguiente incumplimiento de los compromisos asumidos por parte de Uruguay.”(Informe BID, 1º de octubre 2004), pero en realidad, tratando de encubrir con esto, una rápida enajenación del agua y del servicio en beneficio de alguna trasnacional.
Contra este pronóstico, la nueva administración le ha dado un impulso cualitativo a la empresa estatal, que paso a paso viene cumpliendo con las metas proyectadas, mejorando la gestión y garantizando la universalidad del servicio.
¿Es posible, entonces, plantar cara a las trasnacionales y salir airoso?
Tengo el convencimiento que solamente es posible si la gente, el pueblo, se apodera de aquello que quieren birlarnos.
Uruguay, en estas lides, tiene como ventaja nuestra “Cultura Masoller”, ese largo proceso cultural de participación y construcción ciudadana, que nos genera una gran desconfianza hacia todo privado que quiere lucrar con la necesidad pública, y que, para desgracia de neoliberales privatizadores, trasciende todos los partidos políticos.
“Nuestra Cultura Masoller de todos los días”
Carlos (El Gordo) Vázquez
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