Por José "Pepe" Mujica
Lula no ha hecho ninguna revolución, pero sacó a 50 millones de personas que estaban sumidos en la indigencia y les dio dignidad y esperanza. Y en el mismo acto que cumplía una enorme meta solidaria, ampliaba la polenta de la economía brasilera. Porque desde la indigencia se produce poco y se consume menos, y por tanto no se contribuye casi nada a esa calesita que, en algún modo, es el capitalismo.
Admiro y me identifico con varias cosas de Lula.
Primero, con la paciencia para recorrer un largo camino. Treinta años en la matraca, arrancando con un partido de pocos votos, hasta terminar en las grandes mayorías. Debió estar en seis elecciones antes de ganar.
Paciente, tenaz, obstinado.
Segundo, me identifico con su vocación por ir ensanchando las bases sociales de su proyecto político. Porque, ¡mire que Lula ha ido tejiendo alianzas! Alianzas políticas, pero sobre todo alianzas sociales. Arrancando desde el origen proletario de su primer PT, fue agrandando la base, haciéndoles lugar a otros actores sociales.
Y así, una cuenta más en el collar hoy y otra mañana, terminó armando un frente amplio social. El frente amplio mais grande do mundo. que para eso es brasilero.
Y tercero, festejo, y trataré de copiar de Lula, su capacidad para ser un presidente de todos sin dejar de ser el presidente de los más humildes, que es donde está su corazón. Y donde está también el mío.
Si será grande Lula, que hasta traje y corbata se puso. Eso sí que es heroico.
Artículo publicado originalmente en: Pepe tal cual es: la página oficial de Pepe Mujica - 13/04/2009
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