martes, 2 de junio de 2009

¡Más populista será tu abuela!

Por José "Pepe" Mujica

Parece que una nueva y terrible amenaza se cierne sobre Uruguay: se llama José Mujica y es portador de un virus tenebroso, el “populismo”.

No exagero; lean los diarios y se van a encontrar con el resumen de la teoría formulada por el economista Talvi, del instituto CERES. Se van a enterar de que en nuestro pobre país hay un tercio de la población que por falta de educación no sirve para nada, sólo aspira a que el Estado les dé todo y por definición votan a quien tiene pinta de ser bueno para hacer llover dinero público sobre sus cabezas.


Un saltito más en la teoría y nos enteramos de que esa manga de inútiles reconocen a sus líderes por lo mal que se visten, lo toscos que son para hablar y la falta de alfombras en sus viviendas.

No nombraron a nadie, faltaba más. Probablemente se referían a Ignacio de Posadas o a Pedro Bordaberry.

Pero como yo tengo manía de persecución y además me gusta hacerme la víctima, se me ha metido en la cabeza que se referían a mí. Por lo que me apuro en contestarle, al economista Talvi, que más populista será su abuela.

Estoy enterado de que en el mundo del análisis político se usa la palabra “populismo” en más de un sentido y que en algún contexto puede considerarse hasta un elogio.

No es a esa versión a la que se refirió Talvi ni menos los diarios.

Dijeron “populismo” en el sentido de todos los días, el que está asociado a políticos más bien baratos, que consiguen votos prometiéndole el paraíso a los pobres y, una vez en el poder, usan al Estado para regalarles un tiempito de prosperidad mentirosa, hasta que todo revienta. Antes, durante y después, ellos viven como bacanes.

A mí que me revisen.

Ese “populismo” es frívolo, cortoplacista y orientado al poder por el poder mismo: le importa un comino el destino de la gente. Nosotros no hacemos más que aburrir repitiendo que el camino que vale la pena es largo y lento de recorrer, que hay que estudiar y que hay que laburar a cara de perro.

¡Dónde vieron estos tipos a un populista que se queje de que en su país se labura poco! ¡Mire que resulté chambón para demagogo!

Que se quede tranquilo Talvi y los periodistas que lo amplifican: estamos bien vacunados contra ese “populismo”. En todo caso busquen entre los blancos y colorados que andan prometiendo peces de colores por todos lados. Tienen larga experiencia en eso de engañar a los pobres prometiéndoles favores personales.

Hay un libro algo viejo de Germán Rama, llamado “El club político”, donde explica con lujo de detalles cómo la red de clubes blancos y colorados opera como un verdadero sistema de ventanillas dedicadas a comprarle votos a los desgraciados, a cambio de la ilusión de un empleo o una jubilación.

Dije bien, dije Germán Rama, el sociólogo de la reforma educativa.

Nosotros no usamos a los pobres. Si los expresamos políticamente, es porque sienten que nos importan y vamos a hacer todo lo posible, de buena fe, para que mejoren. Tal como sucedió en Brasil con Lula.

Populista, nada. Pero que tampoco crean que nos van a correr agitando la palabrita y que vamos a renunciar a empujar en dirección a una sociedad solidaria.

Para ser sincero, creo que esto, y no el “populismo”, es lo que de verdad los preocupa.

Artículo publicado originalmente en: Pepe Tal Cual Es – 01/06/2009

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