Gabinete Productivo presentó estudio sobre estructura productiva y cadenas que la componen.
La edición de "Cadenas de Valor (I)" supuso el trabajo mancomunado de 40 técnicos de los ministerios involucrados en el Gabinete Productivo. Contiene un análisis pormenorizado de ocho cadenas –Carnes, lácteos, granos, maderas, automotriz, farmacéutica, TIC’s y energías renovables- y las medidas que, en conjunto con sindicatos y empresarios, se requieren para fortalecer importantes sectores del país actual y del futuro.
El Gabinete Productivo presentó el primer volumen de la publicación "Cadenas de Valor" que expone los resultados del análisis de ocho cadenas productivas seleccionadas: forestal maderera, farmacéutica, láctea, automotriz, carne vacuna, tecnologías de la información y de la comunicación, granos y oleaginosos y energías renovables.
Este libro –que contó con el apoyo del Programa Unidos en la Acción de Naciones Unidas y ONUDI- supuso el trabajo de más de 40 técnicos de los distintos ministerios involucrados (Ganadería, Agricultura y Pesca; Industria Energía y Minería, y Trabajo y Seguridad Social) y de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). Todos ellos fueron coordinados por un Grupo Directivo. En las discusiones y análisis de cada cadena productiva se consultó a expertos en las áreas examinadas. También se considera valiosa la consulta y recepción de aportes por parte de los empresarios y sindicatos de cada sector, articulados por las Cámaras Empresariales y el PIT-CNT, así como instituciones educativas y agencias gubernamentales.
La tarea se dividió en tres fases: primero se realizó una descripción actual de cada cadena; segundo se estableció un orden de prioridades para las potencialidades y restricciones en función de los objetivos fijados y el horizonte definido, y tercero se seleccionaron medidas a proponer para cada cadena y la hoja de ruta para lograr la instrumentación.
En el acto de lanzamiento del material, estuvieron presentes: los ministros de Industria, Energía y Minería, Daniel Martínez, y de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ernesto Agazzi; el subdirector de la OPP, Conrado Ramos, y el director Nacional de Trabajo, Julio Baráibar.
Martínez: desarrollo sustentable apelando a un diagnóstico colectivo
El ministro de Industria, Daniel Martínez, realizó un racconto de los hechos que derivaron en esta publicación. Martínez recordó que hace más de un año se trabaja en la elaboración de una estrategia de desarrollo productivo, basada en la concepción de lo importante que es que el país tenga políticas estables de largo plazo, metas estratégicas que sean la guía en la toma de decisiones en el hoy y el mañana.
Esto implicó definir una visión estratégica, determinar los imperativos estratégicos y las metodologías básicas de trabajo. Se definieron objetivos centrales como el agregado de valor, el desarrollo tecnológico, la formación de mano de obra capacitada, el desarrollo equilibrado de la nación a través de todos sus espacios geográficos y el tratar de avanzar a relaciones laborales modernas, respetando la independencia de cada uno de los sectores sociales involucrados en el quehacer productivo, pero ante todo buscando generar acuerdos que permitieran el desarrollo de los principales objetivos estratégicos. Se debió comenzar a aplicar la metodología, de manera de avanzar en calidad. Se comprobó que Uruguay se encontraba entre el primer y segundo estado de agregado tecnológico, muy distante de los países más desarrollados (en el cuarto estadio), incluso la mayoría de su actividad atendía productos de escaso agregado de valor y desarrollo tecnológico.
En algunos casos se empezó a generar aplicaciones, pero no se llegaba a los niveles que el país necesitaba para comenzar a recorrer un camino de desarrollo sustentable, de profundización del mismo, y por lo tanto de generación de riqueza con redistribución de la misma.
Para cumplir con las metas, y partiendo de la base de la lectura de la realidad y utilizando las experiencias del sistema productivo de la región y el mundo, se desarrolló una de las estrategias fundamentales basadas en las cadenas de valor, procurando desarrollar en ellas políticas que permitieran profundización tecnológica, agregado de valor y capacitación de mano de obra.
Se entendió que esta política podría tener resultados por diversas vías: el agregado de eslabones a la cadena, la inclusión de tecnología en los eslabones tradicionales ya existentes en la cadena, y la generación de una constelación de proveedores en torno a las cadenas de valor que permitieran que pequeñas y medianas empresas fueran generando productos y servicios hacia las grandes cadenas productivas, sobre bienes y servicios que hoy por hoy el país no tenía la capacidad de hacer, generando uruguayos con capacidad de realizar cosas diferentes, desarrollo tecnológico y agregado de valor.
La metodología para trabajar sobre las cadenas se entendió que debía basarse en una estrategia participativa. "No se cree en los iluminados, sino en lograr recoger la experiencia y el conocimiento de los diversos actores involucrados. Eso permite hacer las cosas mejor o con menos errores", señaló Martínez. Para ello, lo primero fue la transversalización del Estado, es decir, trabajar a través del Gabinete Productivo conjuntamente todos los Ministerios involucrados.
Martínez destacó la labor de los especialistas que trabajaron en el tema en forma mancomunada, teniendo en cuenta que se viene de un Estado segmentado, de "chacras". "Era un placer ver cómo trabajaban. Importaba que las cosas salieran bien y costaba identificar de dónde venía cada uno de los técnicos", recordó el Ministro.
En este ámbito se elaboró un diagnóstico basado en ocho cadenas seleccionadas. Se trata de una fotografía de la realidad, necesaria para avanzar y profundizar en el tema.
El informe fue entregado a las cámaras empresariales y sindicatos de cada uno de los sectores involucrados, para que enriquecieran el análisis y así contar con un diagnóstico de todas las partes, no solo del Gobierno.
En cuanto a la selección de estas ocho primeras cadenas –que no son las únicas, porque ya se trabaja en otro grupo-, Martínez explicó que hubo diferentes formas de hacerlo. Primero, existen cadenas donde Uruguay es tradicionalmente exitoso por ventajas comparativas, casi todas ellas cadenas agroindustriales. Segundo, existen cadenas de alto valor agregado y ocupación de mano de obra calificada, y también existen cadenas donde si bien no hay suficiente masa crítica y experiencia, son cadenas que por el marco internacional y por ser altamente demandantes de mano de obra calificada, de desarrollo tecnológico y de potencialidad en la realidad del mercado regional internacional, se debían desarrollar y tener políticas sectoriales activas.
El Jerarca aseguró que no basta con publicar un libro, porque no es el objetivo más importante. Se procura "un cambio de cabeza, un cambio cultural". "Aspiramos a comenzar a crear una cultura de saber que como país y como sectores tenemos objetivos comunes sobre los cuales se puede trabajar", concluyó.
Agazzi: coparticipación mejora los resultados
El ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi se mostró convencido de que este libro y este enfoque es una necesidad nacional, elaborado por un autor "inexistente", dado que el Gabinete Productivo "es el producto de una nueva manera de ver la política y nuestras responsabilidades institucionales, conducido por la realidad, pero aún no tiene existencia institucional".
Estamos en el siglo XXI, se dan cambios globales que tienen que ver con cómo se deben enfocar las cosas. Las cosas en el mundo están cambiando y las empresas se están organizando de una nueva forma. Para hablar de cadena productiva en este libro se tomó un enfoque diferente al tradicionalmente utilizado. A partir de lo que ocurre en el mundo, Uruguay tiene que analizar las estrategias económicas para el desarrollo nacional, dijo.
Agazzi se mostró preocupado por la nueva organización de las empresas. Se debe atender cómo esas nuevas organizaciones de la actividad económica impactan en los territorios, en la organización económica de las naciones. "Este es un tema crucial al momento de pensar en una estrategia de desarrollo", aseguró.
La nueva tendencia de la globalización está fragmentando los procesos productivos en la búsqueda de mayor competitividad y eficiencia, añadió. La competitividad de las empresas estará dada por la competitividad sistémica que tenga nuestra economía, lo que no permite analizar la situación nacional en forma separada.
"Tenemos que tomar ‘decisiones país’ para instalarnos en este nuevo escenario", dijo. No se pueden analizar todas las cadenas del país, se debe priorizar, y eso implica un riesgo, porque puede que haya alguna que hoy no se contempla y tenga gran importancia en el futuro, y tal vez a alguna que hoy es importante le queda poca vida, sostuvo Agazzi quien sugirió plantearse el tema honestamente.
Algunas cadenas tienen mucha importancia pero deben avanzar cualitativamente para tener más, avanzar en la generación de bienes, de puestos de trabajo, en la distribución de la riqueza que producen y en la inserción en nuestro país, y en esto las políticas públicas juegan un rol fundamental.
Agazzi aclaró que la coparticipación del Estado no es para diluir responsabilidades, ni para disminuir riesgos. "Estamos convencidos que la coparticipación es para mejorar resultados y en ello se trabaja. Esto tiene que ser producto de una política de Estado; es importante la participación de los actores, y sería trágico elegir un camino y porque haya un cambio de gobierno se den vuelta las cosas. Eso hablaría muy mal de nuestro nivel de desarrollo social y cultural", dijo.
El Jerarca resumió que con esta publicación se procura dar a conocer el tema, ponerlo sobre la mesa y llamar a más personas a trabajar en ello. "Ahora son decenas (de personas). Ojalá que sean miles", pero ello requiere el compromiso de todos.
Ramos: Apostar a la transversalidad construye un Estado inteligente
El subdirector de la OPP, Conrado Ramos dijo que el olfato político es importante, y que las decisiones en última instancia son políticas, pero es trascendente dotarse de racionalidad técnica, de indicadores y estadísticas que permitan exponer dónde estamos parados como país. De esta forma se podrá planificar mejor, y así tomar decisiones basadas en evidencias analíticas y no solamente en pareceres. Un Estado inteligente implica cortar las "chacras", apostar a la transversalidad, y esto es un ejemplo de ello. Cuando –como gobierno- se logra mostrar la utilidad de un instrumento, se legitima para luego consolidarse institucionalmente.
Ramos destacó la seriedad con la que se trabajó y encaró el tema de la sequía en el Gabinete Productivo. El Estado no renuncia a su capacidad de liderazgo, pero la toma de decisiones se hace en forma constante a partir de un diálogo permanente con las organizaciones de la sociedad civil, y no sólo con la que tiene mayor capacidad de organización. El rol de liderazgo del Estado es importante para un desarrollo equilibrado, añadió.
Las políticas territoriales, además, apuntan a tener un desarrollo equilibrado de país, y el Estado no puede renunciar a su liderazgo y responsabilidad, ratificó Ramos.
El Jerarca concluyó que el tipo de políticas que se dispusieron para afrontar la crisis, son políticas con un diseño típicamente de planificación hacia el futuro. Atender la coyuntura pero sin que eso implique marcar rumbos que luego sean disfuncionales hacia la competitividad sistémica del país. Se pueden dar subsidios que en determinadas cadenas son necesarios, pero siempre apostando a que eso posicione a la mencionada cadena hacia la competitividad futura y no subsidiar ineficiencias en el largo plazo.
Estos trabajos son insumos fundamentales para lo que debería ser el armado de un Plan Nacional de Desarrollo, que se convierta en el horizonte y la visión de la competitividad sistémica.
"Quizás no estamos en un año de convalidar en un ‘libro blanco’ a la sociedad civil y al sistema político en su conjunto -un Plan Nacional de Desarrollo- dadas las circunstancias electorales existentes", pero sí se puede presentar un embrión de Plan para ser discutido.
Baráibar: Uruguay está capacitado para competir en calidad con el mundo
Finalmente, el director Nacional de Trabajo, Julio Baraibar –como espectador y parte del MTSS, dado que no integra el Gabinete Productivo- dijo que si queremos ser un país productivo no sólo sustentado en los productos básicos del agro, se debe tomar este rumbo. Baraibar aprovechó la oportunidad para felicitar la labor realizada. Estas iniciativas del Gobierno son el puntapié inicial; "ahora la pelota está en la cancha de los empresarios", dijo el Jerarca quien aseguró que confía plenamente en las cadenas productivas.
Baráibar apuesta a las ideas con cabeza abierta, que seguro existen muchas, indicó. "Uruguay tiene que saber que nunca vamos a competir en cantidad, pero sí en calidad, porque existe un desarrollo educativo y cultural para hacerlo, y en ello debemos enfocarnos", añadió.
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Artículo publicado originalmente en: Web de Presidencia de la República
- Fuente de la foto : http://www.presidencia.gub.uy/_Web/fotos/2009/05/20090529a01g.jpg
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