Exposición del Diputado Rubén Martínez Huelmo en la Asamblea General, sesión del pasado jueves 3 de junio, reunida para tratar la designación de los miembros que integrarán el Parlamento del MERCOSUR por Uruguay.
SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señor Presidente: desde el inicio de esta sesión sentimos que era nuestro deber dejar alguna constancia y creemos que, luego de tan largo cuarto intermedio, es el momento oportuno para hacerlo, sin perjuicio de lo que ocurra luego en el desarrollo de la sesión. Queremos dejar estas constancias para que, si alguien tiene la paciencia de leer luego la versión taquigráfica, no termine cayendo en una confusión.
Es necesario que regresemos a la génesis del Parlamento del MERCOSUR, ya que aquí se ha hablado de inconstitucionalidad, cuando el tema estuvo presente, precisamente, en el análisis del Protocolo del Parlamento del MERCOSUR. Para revisar estas presuntas inconstitucionalidades la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes invitó a prestigiosos constitucionalistas –quien lo desee podrá consultar las versiones taquigráficas– y fue así que estuvieron presentes los doctores Martín Risso Ferrand, Gonzalo Aguirre Ramírez, José Korzeniak y Augusto Durán Martínez. No voy a citar todo lo que se manifestó en esas instancias, pero puedo decir que el común denominador de las exposiciones fue que ninguna de las disposiciones del Protocolo presentaba problemas constitucionales. Recuerdo que el doctor Durán Martínez planteó la posibilidad de una reforma constitucional en función del texto; sin embargo, en el mismo informe –que envió por escrito a la Comisión– era terminante en el análisis del artículo 4, que refiere a las competencias del Parlamento del MERCOSUR. Allí señala:
“1.– Efectuadas las precisiones que anteceden, advierto que del artículo 4 del Protocolo analizado, atributivo de la competencia del Parlamento, no surge de allí que se le asignen poderes jurídicos para dictar normas jurídicas obligatorias para los Estados miembros ni para los ciudadanos de los mismos. De ese artículo y de los otros que integran el citado Protocolo se desprende que el órgano que por este acto se pretende crear carece de función legislativa.
2.– Al carecer de función legislativa este órgano no presenta una de las notas características de la supranacionalidad, por lo que desde ese punto de vista no plantearía problemas constitucionales”.
Los demás integrantes de esa delegación de destacados juristas de nuestro país fueron categóricos en cuanto al tema de la constitucionalidad y, si bien se efectuaron algunas observaciones de carácter personal, estas no generaron un problema en ese sentido.
Asimismo, cabe informar –a efectos de refrescarnos la memoria– que luego de promulgada la ley, desde algún sector de la ciudadanía se promovió la declaración de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia. Los antecedentes insumen varias páginas, pero voy a decir, sencillamente, que el corolario de este asunto terminó desestimando la acción de inconstitucionalidad promovida; en setiembre de 2008 la Suprema Corte de Justicia rechazó tal acción. Estos son elementos a tener en cuenta.
Incluso, uno de los visitantes dijo que se trataba de una Comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR mejorada –haciendo una especie de caricatura de lo que se estaba votando– lo que, en definitiva, es un contraargumento: no tiene supranacionalidad y, por tanto, no genera Derecho Positivo en la vida interna de los Estados Miembros.
También quería hacer un poco de historia, señalando que, desde 1995 a 2004 –durante quince años–, el Parlamento uruguayo tuvo actividades vinculadas a las que desarrollaría el futuro Parlamento del MERCOSUR. La Comisión Parlamentaria Conjunta organizó reuniones en distintas partes del mundo –en Europa y en muchos lugares de América vinculados al MERCOSUR–, que en su orden del día tenían como común denominador el futuro Parlamento del MERCOSUR. Quiere decir que la creación de ese organismo insumió a este Parlamento muchas horas de trabajo y muchos costos pecuniarios, ya que implicó la realización de viajes que hubo que financiar para que los Legisladores uruguayos concurrieran a determinados países a participar de reuniones para tratar el tema. En consecuencia, este no fue un acto intempestivo del año 2005 en el que el Gobierno del Frente Amplio creó el Parlamento del MERCOSUR; esto ya venía de larga data, analizándose en reuniones de delegaciones de la Comisión Parlamentaria Conjunta, en las que participaban todos los partidos políticos. Me importa señalar este aspecto porque, a la hora de hacer referencia a la responsabilidad que cabe en la integración de este organismo, concuerdo en que todos estamos comprometidos.
En cuanto a lo que se ha señalado hace un rato con respecto a la proporcionalidad atenuada, quisiera decir que la Comisión Parlamentaria Conjunta trabajó en el anteproyecto con un grupo técnico de alto nivel, que fue el que redactó el articulado que finalmente tuvimos en el Protocolo. Recuerdo que cuando la redacción del articulado ya estaba avanzada y se habían detallado y justificado cada una de las disposiciones, se decía que la integración del Parlamento se realizaría en las mismas condiciones que se proyectan ahora, es decir, a partir del acuerdo político de Asunción. Esto significa que habría bancadas diferenciadas de acuerdo a una proporcionalidad establecida con criterio demográfico. ¿Qué sucedió? Los Legisladores de la República del Paraguay dijeron que no estaban prontos para ello y, por tanto, los países con mayor poder demográfico accedieron a hacer un cronograma para establecer las diferencias de representaciones por Estado en el seno del Parlamento del MERCOSUR. Esa es la razón por la que tenemos 18 cargos, pero reitero que ya desde el origen, el grupo técnico de alto nivel académico –reitero, integrado por todos los partidos políticos– había concordado en que los países iban a tener diferencias en cuanto a su representación.
Todo esto viene a explicar que estamos analizando un proyecto en el que prácticamente se ha tomado como ejemplo al Parlamento Europeo y todos sabemos que allí Alemania no tiene los mismos integrantes que Luxemburgo. Pero ocurre que en el acuerdo político también se establecían reformas al Reglamento, de modo que en el correlato –que iba a ser la faz reglamentaria de las sesiones– los países con grandes representaciones no arrasaran a aquellos con menor representación parlamentaria.
Esto sucede en Europa, donde, como acabo de explicar, nadie arrasa a nadie y se implementan representaciones con una proporcionalidad ajustada a la densidad demográfica. Los brasileños argumentan, con total tino –en un discurso antitético al que hoy estamos haciendo aquí–, que ellos tienen dieciocho representantes cuando son doscientos millones de habitantes. Entonces, habrá que encontrar alguna solución y esta es la que aplica el mundo civilizado en el área parlamentaria.
Asimismo, señor Presidente, hay otros aspectos en los cuales el Parlamento ha ido avanzando. Hemos suscrito –y ya es ley– un acuerdo que designa a Montevideo como sede del Parlamento del MERCOSUR; también hemos desarrollado la sede física, lo que implicó la adecuación de las salas de la calle Luis Piera y la Sala Nácar –en acuerdo con la Intendencia Municipal de Montevideo– para la implementación de la parte administrativa. Seguramente, en una futura etapa presupuestal analizaremos algún artículo vinculado a destinar rubros a la construcción del hemiciclo donde habrá de funcionar el Parlamento del MERCOSUR.
Para terminar quiero decir que mucho se ha hablado de la integración y del espíritu de integración; nosotros no negamos el derecho a pensar que cualquier fuerza política del Uruguay tenga una impronta integracionista. Sin embargo, quiero pasar un aviso a los navegantes. Cuando hubo que constituir y votar el Parlamento del MERCOSUR –porque estamos concurriendo todos–, por hache o por be, los únicos votos de la Cámara de Representantes fueron los del Frente Amplio, con 52 Representantes; de no haber sido así, el Parlamento del MERCOSUR no hubiera sido aprobado. No por esto pensamos que somos más integracionistas que nadie, pero, a nuestro leal saber y entender, hemos acudido con este tipo de respuestas a los planteos integracionistas marcados, incluso, por la propia Constitución de la República.
Estos son algunos de los comentarios que deseaba hacer. Además, también quería dejar sentado que el Presidente de la República, señor José Mujica, dijo en una oportunidad que el Parlamento del MERCOSUR es un ámbito donde podemos conocernos, debatir y desarrollar costumbres y hábitos, es decir, una cultura de la integración. No hay otra manera, señor Presidente. Nadie ha sugerido apuntar hacia otro nivel o estadio, por lo tanto, no veo fundamento para los cuestionamientos que se han planteado en los primeros discursos sobre la constitucionalidad y otros menesteres del Parlamento del MERCOSUR.
Por ahora, es cuanto quería manifestar.
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