En los últimos meses la población ha sido espectadora del demagogo y pérfido circo mediático de la derecha. Mientras tanto el Gobierno del Frente Amplio trabaja denodadamente por dignificar la vida de los uruguayos, mejorando los niveles de producción, empleo, distribución del ingreso y salario.
Los siguientes indicadores socio-económicos son prueba irrefutable de ello, lo que nos anima a seguir por el mismo camino.
Empleo
La tasa de empleo para las localidades de 5.000 habitantes y más aumentó 9,3
puntos porcentuales entre los años 2005
y 2011, lo cual representó la creación de aproximadamente 268 mil puestos de trabajo.
Por su parte, la tasa de actividad aumentó 6,3 puntos porcentuales para el
mismo período.
Mientras que el total de cotizantes
privados se incrementó en más de 370 mil entre 2005 y 2011, los sectores
que aumentaron en mayor medida el registro a la seguridad social fueron
construcción, industria y comercio y servicio doméstico. Si se compara 2011 con
2005, la cantidad de puestos cotizantes dependientes en el sector de la
construcción más que se duplicó, mientras que en industria y comercio y en
servicio doméstico las variaciones promedio que se registraron fueron de 53% y
50% respectivamente.
Ingresos
Durante el período 2005-2011 el
salario real acumulado creció 31%, con un incremento de 33% de los salarios
reales privados y de 26% de los públicos.
En cuanto
a las pasividades otorgadas por el
Banco de Previsión Social, entre diciembre de 2004 y enero de 2012 las mismas crecieron en términos reales un 43%, mientras que las jubilaciones y pensiones
mínimas aumentaron 192% para mismo período.
No sólo
aumentaron los montos de las pasividades sino también el número de las mismas.
El aumento en el número de pasividades se atribuye en gran parte al efecto de
la ley 18.295. La misma permitió flexibilizar las condiciones de acceso a las
jubilaciones, a través de la reducción de 35 a 30 los años de servicio para
jubilación común, y el reconocimiento a las mujeres un cómputo por año de
servicio por hijo nacido vivo, entre otros.
En
relación a los ingresos de los hogares, para las localidades de 5.000 y más
habitantes los mismos en promedio a valores constantes muestran una evolución
fuertemente creciente desde el año 2004. Más precisamente, los ingresos promedio de los hogares en el año 2011 respecto al 2004 crecieron
46% en términos reales; producto de las mejoras en los salarios, y el conjunto
de las políticas sociales que contribuyeron como fuente de ingresos de las
familias.
Distribución del ingreso
Los indicadores sintéticos de desigualdad como el Índice de Gini (IG) y el
Índice de Theil (IT) son herramientas comúnmente utilizadas para medir la
distribución del ingreso, considerando al ingreso de las personas como una
aproximación para medir el bienestar de la sociedad y comparar los niveles de
vida de las personas. Si bien el IG y el IT miden el grado de dispersión en la
distribución del ingreso, el segundo es más sensible a lo que sucede en los
estratos de ingresos más bajos. En cambio, el IG es más sensible a lo que
ocurre en torno al centro de la distribución. La desigualdad de los ingresos en el período 2004-2011 se reduce de manera
significativa. Si se observa la variación punta a punta de los índices
mencionados, se aprecia una caída de 5
puntos del IG y de 8.5 puntos del IT, mostrando la mayor sensibilidad que
tiene este indicador en los estratos más bajos, reflejando a su vez la
focalización de las políticas
A lo largo del periodo 2004-2011, varios factores pueden explicar la mejora
en los indicadores de desigualdad. En una primera etapa, la mejora en la
redistribución del ingreso estuvo explicada por las políticas dirigidas a
atender la emergencia social a través del Plan de Emergencia Social (PANES), el
cual tuvo un efecto directo sobre los ingresos de las personas que pertenecían
a los deciles más bajos. Por su parte, las mejoras en la distribución del
ingreso a partir de 2008 se pueden atribuir a la implementación de políticas
más permanentes como el Plan de Equidad y la creación de las nuevas
asignaciones familiares y la Asistencia a la Vejez, la Reforma Tributaria, la
Reforma de la Salud, y los aumentos de los salarios mínimos y las jubilaciones
mínimas.
Los ingresos laborales crecieron fuertemente en términos reales entre 2004
y 2011, concentrándose en los deciles medios. Este crecimiento puede obedecer
al dinamismo de la actividad económica y a la recuperación de los salarios nominales.
Estos últimos impulsados a través de la política salarial del gobierno de
incremento del salario mínimo y los Consejos de Salarios que mantienen laudos
con aumentos mayores para los trabajadores de salarios más sumergidos. En un análisis más de largo plazo, se
observa que la gran disminución del índice de Gini en los dos últimos años hace
que hoy el país tenga la distribución de ingresos más equitativa de las últimas
tres décadas. La velocidad en la reducción de este índice revela la
efectividad y focalización de las políticas implementadas.
Otra forma de ver
cómo ha evolucionado la desigualdad de ingresos es comparar el crecimiento que
ha tenido el ingreso medio de aquellas personas ubicadas en el primer decil de
ingresos respecto del ingreso medio de aquellos ubicados en el último decil, lo
que se denomina ratio (10/1)
A través de este indicador también se reflejan los avances que ha tenido el
país en materia de redistribución de los ingresos. Mientras en el 2004 los hogares
del décimo decil ganaban 18,9 veces más que los hogares del primer decil, en el
año 2011 esa relación descendió a 13,5 veces
La incidencia de la pobreza medida a través del método de los ingresos muestra
que la misma ha disminuido significativamente en los últimos años, llegando en
el 2011 a una estimación puntual de 13.7% a nivel total país. Mientras en el
año 2008, cada 1000 personas 224 no superaban el ingreso mínimo, en 2011 este
número de personas descendía a 137.
También baja la
severidad de la pobreza al caer el índice de indigencia.
Se observa en 2011 una caída del 58%
con respecto a 2010 de la indigencia, alcanzando el 0,5% de la población.
Cabe considerar que en 2004 la
indigencia involucraba a casi al 5% de los habitantes.
De acuerdo al Informe de Pobreza elaborado por el INE para el año 2011, interesa
destacar que la pobreza continúa siendo un fenómeno social que afecta en mayor
medida a los niños y adolescentes de nuestro país. Sin embargo, desde 2005 la pobreza se ha reducido en
todos los grupos de edad, y en particular en las generaciones más jóvenes.
Tal como se observa en la siguiente gráfica, la incidencia de la pobreza en los menores de 14 años era de
61.41% en el año 2004 y de 26.49% en 2011, mostrando una marcada reducción.
Las transferencias dirigidas a los niños y adolescentes, como las Asignaciones
Familiares no contributivas, y la Tarjeta Alimentaria Uruguay Social (TUS), son
factores que contribuyen a explicar la fuerte reducción de la pobreza en dichos
grupos de edad.
En una mirada de más largo plazo, los
ingresos de los hogares en términos reales crecieron en forma importante entre
2004 y 2011. Sin embargo, dicha variación no fue homogénea entre quintiles.
Mientras que en el primer quintil los
ingresos crecieron entre 2004 y 2011 un 75%, en el segundo quintil la variación
fue de 64%, y en el último quintil crecieron por debajo del promedio.
Esto se halla alineado con las mejoras en la distribución del ingreso, las
cuales se reflejan en los indicadores sintéticos de desigualdad presentados
anteriormente.
Entre 2004 y 2011 se destaca el fuerte crecimiento de los ingresos laborales
en términos reales, y en particular en los años 2009-2011 los ingresos
laborales del primer quintil fueron los que registraron el mayor aumento de 24%
en términos reales, el doble del promedio de los hogares.
Este hecho refleja las mejoras en las políticas laborales activas, en la negociación
colectiva y en los laudos diferenciales establecidos en los Consejos de
Salarios a favor de los salarios más sumergidos
A la
hora de explicar la evolución de estos ingresos, deben tenerse en cuenta tanto
el efecto precio (salario percibido) como el efecto cantidad (número de
trabajadores y horas trabajadas).
Durante el período 2004-2011 el salario real acumulado
creció 37%, y si se compara esta variable en una
evolución de mediano plazo se observa que desde el año 2010 el índice de
salario real supera los niveles observados en la década de los noventa.
El crecimiento sostenido del salario real puede atribuirse al dinamismo de la
actividad económica, a la recuperación de los salarios nominales asociado a la
política salarial impulsada por el gobierno, y un especial tratamiento para los
sectores de menores ingresos. Dentro de la política salarial se destacan los
aumentos en el Salario Mínimo Nacional (SMN) que se vienen sosteniendo desde el
año 2005. En enero de 2012 se estableció
un incremento del 20% en el SMN, llegando a 7.200 pesos uruguayos, cifra tres
veces y medio el valor vigente a enero de 2005.
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