miércoles, 4 de julio de 2007

Derecho al Voto de los uruguayos radicados en el exterior.

Exposición verbal del Diputado Rubén Martínez Huelmo en la media hora previa de la sesión del 4 de julio de 2007:

Tiene la palabra el señor Diputado Martínez Huelmo.

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señor Presidente: hace tiempo que deseaba referirme a una preocupación generalizada entre toda la diáspora uruguaya radicada en los más diversos confines del mundo. En los últimos tiempos, los legisladores hemos recibido correos epistolares y electrónicos desde diferentes Consejos Consultivos reivindicando un derecho elemental y muy caro a los uruguayos y a nuestra tradición democrática como es, sin duda alguna, el derecho al voto.

Todos sabemos en este ámbito a qué nos estamos refiriendo. El actual Poder Ejecutivo, entre sus primeros mensajes al Parlamento, en marzo de 2005, planteó la necesidad y la justicia de acceder a facultar a nuestros compatriotas radicados en el exterior con el derecho al voto en toda instancia en que el Cuerpo Electoral deba expresarse. Esa propuesta se adecua a la modernidad democrática de las más importantes sociedades del mundo y se basa en la comprensión de que estos reclamos forman parte de la más amplia concepción inclusiva de la nación, en el entendido de que todas las personas físicas y morales que hayan nacido o adoptado nuestra nacionalidad conforman esa comunidad espiritual como sinónimo del ser nacional uruguayo que tan claramente definiera, en otros tiempos, el ex Senador Ferreira Aldunate en su obligado y recordado exilio.

Es por ello que nos afiliamos al criterio que entiende que la comunidad uruguaya no está, numéricamente hablando, en tres millones de almas, sino que su número correcto frisa los cuatro millones. No es posible, señor Presidente, por ejemplo, que el alto ingreso que implican las remesas en dinero o especies, y que tanto bien le hacen a nuestra economía, se tome con total naturalidad, como debe ser, y que cuando se habla de otorgar el derecho del voto a los uruguayos que residen en el exterior la cosa no parezca ser natural; para ese caso, parecería a veces que se tratara de seres extraños.

Lo risible de todo este asunto es que la mayoría de los ciudadanos que integran nuestra diáspora tiene su credencial cívica vigente y, por lo tanto, están habilitados a votar, siempre y cuando se presenten ante la mesa receptora aquí, en nuestro país.

Así como hacemos esfuerzos para que otros países, como, por ejemplo, España y Estados Unidos, modifiquen su actitud hacia nuestros compatriotas emigrantes, aquí, en el Parlamento uruguayo, el proyecto que intenta otorgar el derecho al voto a nuestra diáspora no es apreciado -a mi modo de ver- en sus justos términos. Será por absurdos temores electorales, será porque primero es menester restaurar el voto interdepartamental con la instalación de circuitos especiales; vaya uno a saber por qué, señor Presidente, pero creo que va finalizando la hora de articular más excusas.

(Ocupa la Presidencia el señor Representante Ibarra)

——¡Legislemos! No lo hagamos para la elección de 2009; acordemos que sea para 2014, pero abordemos el asunto de una buena vez. Hagámoslo llamados por el respeto y el afecto por nuestros compatriotas, muchísimos de los cuales están organizados en más de mil Consejos Consultivos diseminados por todo el mundo. Ninguno de ellos reniega de la nacionalidad uruguaya, sino que son personas que reafirman la soberanía de Uruguay y marcan el camino de su extensión en todos los confines donde haya una persona originaria de esta comarca.

La bancada de Gobierno -estoy seguro- estará dispuesta a convenir, a acordar o a ajustar lo que fuese necesario a efectos de sacar este tema del empantanamiento legislativo a que ha sido sometido y, entre todos, así, levantar el horizonte sobre este manido asunto.

Señor Presidente: solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea remitida a la Presidencia de la República, al Ministerio de Relaciones Exteriores y a su Departamento 20, a las diecinueve Juntas Departamentales, a la Mesa Política del Frente Amplio y a los treinta y dos Consejos Consultivos representados en el Primer Encuentro Mundial de Uruguayos en el Exterior, reunido en Montevideo el 13 de diciembre de 2006.

SEÑOR PRESIDENTE (Ibarra).- Se va a votar el trámite solicitado.

(Se vota)

——Treinta y dos en treinta y tres: AFIRMATIVA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerde que además puede escribirnos a nuestra dirección de correo.
Gracias