lunes, 25 de febrero de 2008

La Bandera artiguista vive en el pueblo uruguayo

Por Andrés Di Bartolomeo

Desde el 1815, día en que las provincias federales declaran su “independencia de todo poder extranjero” en Arroyo de la China actual Concepción del Uruguay, la Bandera Tricolor jurada en aquel Congreso, flameaba en cada pueblo de la Confederación de los Pueblos Libres.

Belgrano estaba convencido de que el sistema político que podría sostener la
unidad de las provincias del Río de la Plata, incluyendo a las federales de
los Pueblos Libres, era una “Monarquía Constitucional”.


Su más “aristocrático” representante, Tomás de Anchorena manifiesta, “no me molesta la Monarquía Constitucional, pero si que piensen en un monarca de la casta indígena”.Para ello, los monarquistas porteños negocian la invasión portuguesa contra
Artigas. El Director Pueyrredón instruye a su embajador en Río de Janeiro,
el retorcido anti artiguista Manuel García, quién confiesa el acuerdo anunciando con
algarabía, “la escuadra (invasora) esta al ancla, esperando el viento, Artigas dejará de molestar”.
Es más que importante y necesario, aunque demasiado extenso, desarrollar
estos tres años de lucha de los federales republicanos, de las fuerzas
populares misioneras y correntinas, integradas principalmente por guaraníes,
conducidos por Andresito, Tiraparé y Pantaleón Sotelo. En la Banda Oriental
se destacaban las fuerzas con Rivera, Otorgues y Lavalleja al frente. En el
Litoral enfrentando a Buenos Aires, Estanislao López y Pancho Ramírez con la
apoyatura de la escuadra corsaria con base correntina de Pedro Campbell.
Todos bajo la Comandancia del Protector de los Pueblos, José Artigas desde
Purificación.

A los efectos de esta nota quisiera sintetizar dos cuestiones. Primero,
que la base de los principios federales y republicanos de Artigas no es
teórica, es cultural, encarnada en los pueblos guaraníes: éstos a pesar de
su gran extensión territorial

Lo segundo es ver, como el triunfo de los unitarios esta basado en la
traición, en traidores a los pueblos. A los dos años de instalarse el
Congreso en Buenos Aires sancionan una Constitución de neto corte
aristocrático definiendo una monarquía constitucional, pero cuyo monarca
sería un Borbón: el Príncipe De Luca (cedido por Francia).

Esto no pudo cumplirse por la derrota del Directorio por las fuerzas
Federales en la batalla de Cepeda. Pero, los triunfadores López y Ramírez,
ahora convertidos en caudillos litoraleños, acuerdan con Buenos Aires en el
Tratado de Pilar, abandonando a Artigas, traicionando al federalismo
popular.

Se pierde la Banda Oriental en manos de los portugueses y se inicia el
camino del federalismo y republicanismo burgués, copia del sistema de los
Estados Unidos, tanto para la Argentina como para el separado Uruguay. Esta
realidad esta presente en las banderas que flamean en nuestros pueblos.
Banderas: de Entre Ríos Tricolor formato original, pero con el azul
convertido en celeste. De Santa Fe Tricolor en vertical, azul celeste y el
escudo que representa la “victoria” sobre los indios. Misiones Tricolor de
Andresito, colores originales conserva el azul republicano. Córdoba no
legalizada (aprobada por ley vetada por ejecutivo) Tricolor en vertical
celeste con el sol incaico de la bandera nacional y la representación del
fuerte de Córdoba.

Banderas: Argentina celeste con el Sol incaico al medio. La uruguaya copia
del formato norteamericana rayas azules en lugar de las coloradas y en el
rectángulo superior en lugar de las estrellas esta el Sol incaico. Pero, en
Montevideo y en el actual partido gobernante (Frente Amplio) flamea la
Tricolor de Otorgues similar a la de Andresito. Por último la de Corrientes,
única provincia de la otrora Confederación que no tiene la Tricolor, es la
celeste y blanca argentina, con el escudo institucional correntino en lugar
del Sol incaico y además, el Pico celeste sobre el asta, símbolo unitario
del Gral. “manco” Paz.

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