jueves, 5 de junio de 2008

Cámara de Representantes: anuncio del fin del alto el fuego formulado por la ETA.

A continuación transcribimos las palabras del Diputado Rubén Martínez Huelmo en el tratamiento del tema “Anuncio del fin del alto el fuego formulado por el grupo vasco ETA”, en la Cámara de Representantes el pasado martes 3 de junio:

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señor Presidente: sin duda, la Comisión analizó pormenorizadamente este asunto ya hace tiempo. Luego debimos actualizarlo en virtud de que estaba referido al levantamiento de la tregua que había otorgado la organización ETA. Hoy llega a Sala este texto que, básicamente, es el que se acordó en el año 2007 por parte de la Comisión.

Este es un tema de una delicadeza extrema y, al mismo tiempo, de una complejidad extrema.

Nosotros hemos acompañado con nuestra firma este proyecto de declaración por muchas razones, pero la razón fundamental es que no quede ningún tipo de dudas en Sala acerca de que nuestra fuerza política rechaza de plano todo acto de terrorismo. Decimos esto porque a veces quedan esas suspicacias en Comisión y en Sala. En esto queremos ser categóricos. Oportunamente introdujimos una alternativa al primer proyecto, que también calificaba los actos de ETA como actos de terrorismo. A este asunto nos vamos a referir más adelante.

Queremos decir que nosotros apoyamos y firmamos esta declaración por razones humanitarias y políticas, pero también porque creemos sinceramente que los actos a que nos referimos son una vía inconducente para arribar a una pacificación tangible y permanente. Sin embargo, a veces sentimos que con este tipo de declaraciones no damos satisfacción plena en cuanto a contemplar el asunto en toda su perspectiva política e histórica.

Por supuesto, no quiero responder a alguna presunción no me lo permite el Reglamento que se ha hecho con referencia a la bancada del Frente Amplio; no lo debo hacer. No puedo atribuir intenciones; me lo prohíbe el Reglamento de la Cámara. Por lo tanto, voy a desarrollar mi pensamiento de otro modo.

Se nos ha dicho originalmente por parte de los proponentes de la resolución que ella tenía como objetivo que nos expresáramos sobre el terrorismo. Tal como se dijo textualmente en Comisión: "Ese es el propósito que anima a quienes propusieron la declaración". También se nos dijo: "Ingresar en otros aspectos" del asunto "exige otra reflexión que, de repente, hace imposible que el tema tome estado público". Eso estaba referido a que nosotros, en un proyecto alternativo, habíamos sugerido que la Cámara debía señalar su firme convicción sobre la conveniencia de reflexionar acerca de lo sucedido en otros escenarios conflictivos, como Irlanda, donde luego de décadas de enfrentamientos fratricidas, fue con el diálogo y la esperanza por superar las diferencias que se dio un crédito a la paz y a la justicia.

En realidad, lo que queríamos señalar es que este asunto reúne mayores complejidades, y como todos saben, las simplificaciones son malas consejeras. De todos modos, para que no queden dudas ni equívocos, recalcamos que firmamos y, por ende, votaremos esta propuesta. Pero es menester aclarar que nos contamos entre aquellos que entienden que, al presente, la bomba de la ETA coadyuva en ocultar los verdaderos designios del pueblo vasco, y ello es aprovechado muchas veces por quienes no quieren discutir a fondo el problema vasco.

En el año 2006 las Comisiones de Asuntos Internacionales de nuestro Parlamento recibieron a Izaskun Bilbao Barandika, presidenta del Parlamento Euskadi. Ella sentenció públicamente: "Cualquier rebrote de violencia es perjudicial para el proceso de paz", y que el País Vasco está cansado de cuarenta y seis años de violencia terrorista. Pero la Presidenta del Parlamento Vasco también ha incursionado en aspectos vinculados al tema en general que estamos tratando. En Buenos Aires, en octubre de 2006, luego de estar en nuestro Parlamento, afirmó sobre el tema de los presos políticos: "basta leer los informes de organizaciones como Amnistía Internacional para comprobar que la política penitenciaria que está aplicando España es inhumana, dudosamente legal y contraria a los derechos humanos". Continúa diciendo que esa política "hay que cambiarla porque es necesario respetar todos los derechos humanos de todas las personas en cualquier condición. Eso es lo que un país democrático debe hacer". Más adelante, en su testimonio expresa: "Hay que reconocer igualmente el dolor de las víctimas de operaciones de guerra sucia desarrolladas por el Estado español". En esa época, ella dijo que sencillamente ETA no tiene sitio en la España de estos tiempos. Con paz, la región Vascongada seguirá creciendo decía Bilbao y lo hará como hasta el presente, con un criterio de reparto de la riqueza que se crea, que sabemos es uno de los mejores, no ya de España sino de toda Europa.

Otro testimonio que nos interesa verter en Sala para conocer la complejidad, lo difícil de este tema, es el pensamiento del Presidente del País Vasco, Juan José Ibarretxe.

Cuando habían transcurrido seis meses desde la decisión de ETA de decretar una tregua, el Gobierno vasco volvió a exigir que Madrid, la capital de España, traspasara la competencia de las cárceles vascas a su administración. Esta exigencia que el Presidente vasco ha expresado en más de una oportunidad, al igual que el respeto por los derechos humanos, es un aspecto que han pedido y denunciado los partidos nacionalistas de izquierda y organizaciones como Amnistía Internacional o la Comisión Europea para la Prevención de Torturas.

Este es un tema complejo porque es un asunto político que lleva más de doscientos años; empieza con la Revolución Francesa y con la Constitución de Cádiz de 1812, y luego prosigue con la Primera y la Segunda Guerra Carlista, ambas en el siglo XIX, las que producen la abolición por parte de España de los fueros vascos.

Cuando sobreviene la dictadura de Franco, esta dictadura fascista considera provincias traidoras a Vizcaya y Guipúzcoa. Esto tiene vinculación con los hechos de Guernika, que hemos rememorado aquí a iniciativa de los dirigentes y Diputados del Partido Nacional en el año 2006, y a lo cual nos hemos plegado todos, muy gustosos.

Por otra parte, el Presidente del País Vasco afirmó que ETA se constituyó en el siglo XX, en los años sesenta, como respuesta a la dictadura de Franco.

Reitero que este es un asunto político que sigue existiendo en España. Por supuesto, nosotros hacemos bien en rechazar la violencia, pero hago estas reflexiones, estos intentos de anudar la historia de este asunto para que todos tengamos en cuenta la complejidad y las dificultades que presenta.

El Presidente vasco ha expresado que se hace imposible pensar en que la sociedad vasca sea algo que no quiera ser. Creemos que por sus dificultades, por sus complejidades, este tema no habrá de concluir aquí.

Hacemos bien en expresarnos con este proyecto de resolución, pero creo que la próxima vez deberemos abrirnos al problema en su totalidad, en que los actos terroristas constituyen uno de los aspectos que se reprueba por amplia mayoría, pero quedan otros que deben ser tenidos en cuenta al momento en que la Cámara de Diputados examine este tipo de asuntos nuevamente. Es evidente que aun si se tratase de tiempos de paz, que es lo que deseamos todos, por este asunto seguiría habiendo puntos de fricción entre el Estado español y la pretensión de los vascos de lograr más autonomía, cuando no la independencia de su país. Para muestra alcanza lo que ha venido sucediendo en España en paralelo a este problema de la violencia de ETA, porque los vascos reclaman mayor autonomía de la que, por otra parte, ya tienen, y desde el Gobierno central se les amenaza con poner en vigencia el ar¬tículo 155 de la Constitución española, que autoriza al poder central a dejar sin fueros al País Vasco. Es una discusión que está en Internet, en los diarios, en la prensa, donde se titula, por ejemplo, "Ibarra apuesta también por suspender la autonomía vasca si hay consulta ilegal", o bien "Guerra propone suspender la autonomía vasca si Ibarretxe convoca el referéndum".

Voy a citar los últimos anuncios periodísticos, que, evidentemente, tensan el ambiente político entre el poder central y las provincias vascas. En la prensa del jueves 29 de mayo se consignan noticias sobre el futuro referéndum en el País Vasco; los partidos que integran la vida parlamentaria harían algunas consultas a la ciudadanía vasca. Las preguntas serían formuladas bajo estos parámetros: "¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta su voluntad de forma inequívoca de poner fin para siempre a la violencia?". La otra pregunta a formular por el gobierno vasco refiere a temas propios para profundizar la autonomía y eventualmente una independencia de las provincias vascas. Como todos conocen, el Gobierno de Madrid rechaza esto, que ya no es expresado por ETA sino por las autoridades legítimamente electas por el pueblo vasco.

Debemos tomar nota de estas cosas cuando proponemos una moción. Debo decir, con la mayor delicadeza, que mociones de esta naturaleza se hacen tratando de comprender toda la panorámica histórica porque, por lo menos, estamos ante un asunto de trescientos años de antigüedad.

Reiteramos que como bancada acompañamos esta cuestión, pero no podemos ser ciegos ante esta situación. Todos sabemos que si ETA dejara de existir aún habría temas problemáticos que merecerían el análisis de los Parlamentos o de las Comisiones de Asuntos Internacionales en el mundo.

Estas son las reflexiones que me merece este asunto, y ratifico por enésima vez que nuestra bancada está absolutamente en contra de todo acto terrorista, pero no se niega a comprender estos asuntos porque están en la tapa del libro.

Es cuanto tenía que expresar, señor Presidente.

(…)

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- ¿Me permite una interrupción?

SEÑORA TRAVIESO.- Sí, señor Diputado.

SEÑOR PRESIDENTE (Hernández).- Puede interrumpir el señor Diputado.

SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señor Presidente: para terminar este asunto, quiero decir algunas cosas más acerca del tema sobre el que la Cámara se ha despachado con total tranquilidad intelectual y política. Sin lugar a dudas, hay diferentes maneras de abordar los hechos. Por lo único que hemos tomado partido en la sesión de hoy es por rechazar todo acto de violencia terrorista y todo acto de violencia, provenga de donde provenga, tal como lo establece uno de los puntos de la declaración. Las deducciones corren por cuenta del lector.

A lo que nos negamos como legisladores, como gente con criterio por lo menos, eso creemos que somos , es a ignorar el escenario político, filosófico e histórico en el que se dan los asuntos que trata la Cámara; es perogrullesco negarse a esto.

Debo aclarar lo que ya está clarísimo en el propio texto: esta declaración no se introduce en ningún asunto interno de país alguno. La introducción se hace en el debate parlamentario, eso sí; si no, ¿de qué vendríamos a hablar?

Estas son cosas que deben llamarnos un poco a la reflexión. Nadie puede sentirse desestimulado, lastimado o herido porque un colega haga una apreciación que entiende pertinente para sostener su argumentación; es como si fuéramos a un Juzgado, a un estrado judicial, y nos quejáramos por la argumentación que hace el otro abogado. No; argumento contra argumento. Eso es la vida parlamentaria.

Reitero que debe quedar claro que esta declaración no se introduce en asunto interno alguno. Si nos introdujimos en algún asunto interno lo hicimos durante el debate, porque es evidente que para fundamentar y para sostener cada punto y cada coma hay que utilizar argumentos. No niego los argumentos de la oposición en este asunto, pero nosotros traemos los nuestros con igual derecho, de acuerdo con el Reglamento de la Cámara y con la ley que nos gobierna.

Cuando hico uso de la palabra comencé diciendo que este era un tema que podía llevar a suspicacias y estas se confirmaron en posteriores intervenciones. Nosotros ratificamos que nuestra fuerza política se opone a todo acto de violencia terrorista.

Gracias, señor Presidente.

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